martes, 8 de marzo de 2011

El Día Internacional de la Mujer Trabajadora en la actualidad


Más y más cada año, y tras el “apoyo” conseguido por la ONU en sus conferencias mundiales sobre la mujer (quitándole lo de trabajadora), la celebración del 8 de marzo como el día internacional de la mujer trabajadora, representa el esfuerzo y el sacrificio que las mujeres han ido realizando para conseguir la igualdad en el ámbito laboral, político y social, aunque todavía son muchos los lugares donde la mujer es discriminada e infravalorada frente al hombre, por lo que aún queda un largo camino que recorrer en este aspecto...



Este 8 de marzo se hace un llamamiento a la unidad de acción, de todas las organizaciones de mujeres sindicales, sociales y políticas, en la lucha contra el capitalismo y el patriarcado. Aun reconociendo los avances en igualdad y justicia social conseguidos. Tras la crisis global, el sistema capitalista que responde exclusivamente a las necesidades del mercado, usa y abusa de la mano de obra femenina y juvenil, recortando las míseras prestaciones, provocando graves exclusiones.

Nos situamos enfrente de quienes defienden el ataque al sistema público de pensiones, acuerdo que agudizará la desigualdad de las mujeres, acrecentando la feminización de la pobreza y reforzando, aún más, el sistema de división sexual del trabajo.

La sostenibilidad de la vida, se encuentra al servicio de la acumulación de capital. La conciliación  de la vida familiar es una gran mentira. Ni el estado ni el mercado asumen la responsabilidad de los cuidados. Éste recae en los hogares de los trabajadores, y a su vez, en las mujeres.

Hay un incremento de servicios de los cuidados, pero solo son un parche creado interesadamente en un contexto de fuerte privatización de lo público. Se debe cuidar replanteando el modelo, bajo la premisa de que lo prioritario no es ni el mercado, ni el cuidado ajeno, sino las propias vidas.

Cuestionamos un modelo en el que se plantea la inexistencia de responsabilidades y de cuidados sobre nadie, incluso sobre las propias necesidades; donde cada día libremente nos ponemos enteramente a disposición de las ilimitadas demandas de la empresa. Es necesario convertir el derecho del empleo digno y para todas las personas en un medio, no un fin en sí mismo. La feminización de las migraciones y la mercantilización de los hogares, están dando lugar a una fuerte redistribución diferenciada de los cuidados entre mujeres, marcada por la clase social, la etnia, y la situación migratoria.

A la debilidad estructural del mercado laboral femenino, se añade la casi nula representación de las mujeres en cargos de responsabilidad, en empresas, y administraciones públicas.

Hacemos un llamamiento a la movilización tanto de las mujeres y hombres, como de las organizaciones sociales en general por:

· Una política laboral, fiscal y social, al servicio de la redistribución justa de los recursos y soluciones urgentes a los colectivos más vulnerables: trabajadoras empleadas de servicios domésticos (cambio del régimen especial de las empleadas del hogar), mujeres jóvenes, emigrantes (igualdad de derechos con las demás), del ámbito rural, y monomarentales.

· La defensa de los servicios públicos y el incremento del gasto social.

· Corresponsabilizar a toda la sociedad del sostenimiento de la vida. Una vida que merezca ser vivida. Las personas como sujetos políticos, frente al concepto de seres mercantiles.

· Corresponsabilizar del hogar a todos los hombres: reducción generalizada de la jornada, sin pérdida de salario y prestaciones.

· Derecho al trabajo, pero también al cuidado y al tiempo libre. A cuidar con condiciones laborales justas y eliminación de prestaciones para el cuidado, incompatibles con el trabajo asalariado (art. 18 de la Ley de Dependencia y el reconocimiento de 9 meses de cotización por el cuidado de un/a hijo/a pactado en el “pensionazo”).

· Defendemos la custodia compartida cuando sea posible y no por imposición. Tal y como se recoge en la legislación actual. La imposición judicial por norma, sin consenso entre las partes, en un contexto de desigualdad como el actual, no beneficia ni a los/as menores, ni es un paso adelante hacia la construcción de la igualdad.

Priorizamos la lucha contra todas las formas de violencia contra las mujeres, denunciando y exigiendo a los gobiernos políticas dirigidas a abolir el feminicidio, la ablación, la lapidación y la explotación sexual que sufren miles y miles de mujeres en el mundo.

*Guacimara Avellaneda.

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