Tuve la dicha y el privilegio de poder disfrutar de algunas de las actividades programadas y hoy puedo decir que me siento feliz y orgullosa de haber nacido en esta Tierra de Gracias, en el país más hermoso que ojos algunos hayan podido ver.
Y me preguntarán a que se debe tanto orgullo? Venezuela es una tierra bendita por Dios, de su mano nació la tierra fértil, de donde brota todo tipo de alimento, incluso de forma salvaje. Es una tierra que nació abonada, que nació para ser un Paraíso Terrenal.
Más allá de sus tierras fértiles, tenemos los más hermosos paisajes naturales, de los más variados, para todo gusto; nieve en los Andes; llanuras y sabanas en los Llanos; playas, sol arena en Oriente; tupidas selvas, zonas montañosas de majestuosa belleza al sur; no alcanza la vida para disfrutar de tanta hermosura y variedad, no solo de paisajes sino también de costumbres, de ritmos, de arte, de gastronomía. Venezuela se convierte así, en la gran aventura. Recorrerla es un verdadero placer.
Y está su gente, el complemento perfecto para todo lo descrito. Un pueblo sencillo, alegre, hospitalario, parrandero, colorido y exótico, que está aprendiendo a amar su tierra, que está aprendiendo a luchar por ella. Que descubrió el valor de lo que poseemos. Ya no somos aquellos habitantes que cambiaban oro por espejos, ahora sabemos cuanto valemos.
Lo sentí durante esta semana Bicentenaria llena de alegría, baile, música en la que el pueblo vivió el reencuentro con nuestros próceres, y ví los rostros reflejando el respeto por el Padre de la Patria, la piel erizada al ver a nuestros niños, nuestra semilla interpretar a Miranda, un nudo en la garganta al ver nuestra hermosa Tricolor izada como símbolo de libertad e independencia eterna, escuchar a nuestros jóvenes hablar con tanta pasión acerca de nuestra historia y lo que representa para ellos. Definitivamente, es innegable que han habido cambios de conciencia, sería absurdo negar que ya no somos los mismos, que hemos avanzado hacia mejor, hacia nuestras raíces, hacia lo propio, lo nuestro, hacia nuestra afrovenezolanidad. Y mientras más cerca estemos de nuestras verdaderas raíces, más fortalecidos estaremos. No es cierto que retornar a la raíz nos convierte en ignorantes y atrasados. Esa es una frase cargada de ignorancia. Abrazarte a tus raíces te hace ser auténtico, verdadero y sólo una persona que se conoce a sí misma puede servir a otros, puede ser realmente útil, puede ser verdaderamente fuerte. Solo abrazado a la raíz podemos pisar firme. Solo conociendo el pasado podemos crear el futuro que soñamos.
Por eso, esta celebración de 200 años de lucha independentista y libertaria, nos ha dejado un grato sabor. El sabor de la certeza de lo grandes que somos, del valor que hay en nuestros hombres y mujeres, el reconocimiento de ser hijos ungidos de una estirpe guerrera y audaz. Y eso es algo, que quizás muchos aun tengan dormido, pero así somos, así es el venezolano, hombres y mujeres curtidos de amor, dispuestos a dar la vida por ser libres.
Nunca más pisoteados, nunca más abusados, nunca más silenciadas nuestras voces. Unamos nuestras manos, nuestras voces y nuestra conciencia para seguir llevando adelante este proceso independentista, con el mismo honor y orgullo que lo hicieron nuestros ancestros y con la misma voluntad y fe en el triunfo.
La Revolución es el único camino posible, el socialismo es nuestrae única ideología posible. No demos cabida a dudas. Ni Bolivar, ni Miranda, ni Ribas, ni Zamora, ni Martí, ni el Che, ni ninguno de nuestros héroes tuvo dudas del camino a seguir… ahora nos toca a nosotros tomar el legado y continuar la marcha con la misma fuerza, el mismo ímpetu y la misma convicción.
Que Vivan Nuestros Próceres!!! Qué Viva Nuestro Bravo Pueblo!!! Que Viva La Libertad!!! Que Viva Chavez Carajo!!!
Hacia la Victoria Siempre!!! Vamos Venciendo!!
*Lisette (ciudadana venezolana).
Y me preguntarán a que se debe tanto orgullo? Venezuela es una tierra bendita por Dios, de su mano nació la tierra fértil, de donde brota todo tipo de alimento, incluso de forma salvaje. Es una tierra que nació abonada, que nació para ser un Paraíso Terrenal.
Más allá de sus tierras fértiles, tenemos los más hermosos paisajes naturales, de los más variados, para todo gusto; nieve en los Andes; llanuras y sabanas en los Llanos; playas, sol arena en Oriente; tupidas selvas, zonas montañosas de majestuosa belleza al sur; no alcanza la vida para disfrutar de tanta hermosura y variedad, no solo de paisajes sino también de costumbres, de ritmos, de arte, de gastronomía. Venezuela se convierte así, en la gran aventura. Recorrerla es un verdadero placer.
Y está su gente, el complemento perfecto para todo lo descrito. Un pueblo sencillo, alegre, hospitalario, parrandero, colorido y exótico, que está aprendiendo a amar su tierra, que está aprendiendo a luchar por ella. Que descubrió el valor de lo que poseemos. Ya no somos aquellos habitantes que cambiaban oro por espejos, ahora sabemos cuanto valemos.
Lo sentí durante esta semana Bicentenaria llena de alegría, baile, música en la que el pueblo vivió el reencuentro con nuestros próceres, y ví los rostros reflejando el respeto por el Padre de la Patria, la piel erizada al ver a nuestros niños, nuestra semilla interpretar a Miranda, un nudo en la garganta al ver nuestra hermosa Tricolor izada como símbolo de libertad e independencia eterna, escuchar a nuestros jóvenes hablar con tanta pasión acerca de nuestra historia y lo que representa para ellos. Definitivamente, es innegable que han habido cambios de conciencia, sería absurdo negar que ya no somos los mismos, que hemos avanzado hacia mejor, hacia nuestras raíces, hacia lo propio, lo nuestro, hacia nuestra afrovenezolanidad. Y mientras más cerca estemos de nuestras verdaderas raíces, más fortalecidos estaremos. No es cierto que retornar a la raíz nos convierte en ignorantes y atrasados. Esa es una frase cargada de ignorancia. Abrazarte a tus raíces te hace ser auténtico, verdadero y sólo una persona que se conoce a sí misma puede servir a otros, puede ser realmente útil, puede ser verdaderamente fuerte. Solo abrazado a la raíz podemos pisar firme. Solo conociendo el pasado podemos crear el futuro que soñamos.
Por eso, esta celebración de 200 años de lucha independentista y libertaria, nos ha dejado un grato sabor. El sabor de la certeza de lo grandes que somos, del valor que hay en nuestros hombres y mujeres, el reconocimiento de ser hijos ungidos de una estirpe guerrera y audaz. Y eso es algo, que quizás muchos aun tengan dormido, pero así somos, así es el venezolano, hombres y mujeres curtidos de amor, dispuestos a dar la vida por ser libres.
Nunca más pisoteados, nunca más abusados, nunca más silenciadas nuestras voces. Unamos nuestras manos, nuestras voces y nuestra conciencia para seguir llevando adelante este proceso independentista, con el mismo honor y orgullo que lo hicieron nuestros ancestros y con la misma voluntad y fe en el triunfo.
La Revolución es el único camino posible, el socialismo es nuestrae única ideología posible. No demos cabida a dudas. Ni Bolivar, ni Miranda, ni Ribas, ni Zamora, ni Martí, ni el Che, ni ninguno de nuestros héroes tuvo dudas del camino a seguir… ahora nos toca a nosotros tomar el legado y continuar la marcha con la misma fuerza, el mismo ímpetu y la misma convicción.
Que Vivan Nuestros Próceres!!! Qué Viva Nuestro Bravo Pueblo!!! Que Viva La Libertad!!! Que Viva Chavez Carajo!!!
Hacia la Victoria Siempre!!! Vamos Venciendo!!
*Lisette (ciudadana venezolana).
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