lunes, 4 de julio de 2011

Las Elecciones en el HUC muestran un cambio de tendencia en las empresas y centros de trabajo


Tendríamos que remontarnos un par de generaciones y por tanto, muchísimos años hacia atrás, para encontrar un referente que sirviera de parangón de los excelentes resultados obtenidos por Intersindical Canaria en las Elecciones a Comité de Empresa celebradas la pasada semana en el Hospital Universitario de Canarias (HUC)...



Los más de 1.600 trabajadores y trabajadoras de la Sanidad pública que prestan sus servicios en el Hospital, esta vez sí que sí, manifestaron alto y claro dos cosas que nos gustaría reseñar: la primera, su hartazgo de ese tipo de “sindicalismo de escaparate” que mientras con una mano hace aspavientos de aparente indignación ante la progresiva y sistemática pérdida de derechos que venimos sufriendo la Clase trabajadora, con la otra se apresta a estampar su firma ante todo lo que la Patronal y los Gobiernos tengan a bien ponerles por delante… siempre que las espurias contraprestaciones les resulten suficientes; el último y recientísimo ejemplo (tal como hemos señalado en artículos anteriores) lo encontramos en el llamado “Pacto Social de la Concertación Social” que los burócratas sindicaleros apesebrados firmaron a apenas unos días de las últimas Elecciones Autonómicas, dándole así (además de un “cheque social” en blanco) un inmerecido “balón de oxígeno” a un Gobierno que andaba necesitado de mostrar una apariencia “dialogante” tras años de pisar inmisericordemente cabezas de trabajadoras y trabajadores de las Empresas y Administraciones Públicas.

La segunda cuestión que nos ha mostrado el colectivo laboral del HUC, es su determinación por apostar por un tipo de sindicalismo firme y corajudo, con los pies puestos en esta tierra canaria, que es en la que vivimos y donde trabajamos, pues a nadie se le escapa que se avecinan tiempos duros, donde las Administraciones (y a su rebufo, las Patronales) se sienten crecidas, dada la tibia respuesta que han recibido hasta ahora sus brutales recortes de derechos sociales y laborales. Una clase trabajadora canaria, alienada y desarmada, controlada en gran medida por sucursales de aparatos sindicales con sede en Madrid (y cuyos dirigentes tienen unos particulares intereses aún más lejanos que la distancia física que los separa de esta tierra) estaría condenada irremisiblemente a seguir siendo despojada del pan y la sal, sin posibilidad de respuesta adecuada a la contundencia de los ataques recibidos. Esto, repetimos, parece haber sido también un mensaje que nos han transmitido las y los trabajadores del HUC.

No podemos obviar, no obstante, que los resultados obtenidos por Intersindical Canaria en el HUC no han sido consecuencia de casualidad de tipo alguna o de cuestiones anecdóticas como pudieran ser las derivadas de una campaña acertadamente planificada y ejecutada. A nadie se le escapa que una fuerte presencia del sindicalismo de izquierda y soberanista canario en el HUC se remonta a su propia fundación, hace más de tres décadas (cuando era “El Hospital General”), presencia que se ha mantenido ininterrumpida (y que se ha traducido en resultados electorales a Comité sistemáticamente exitosos). Eso ha sido así en “tiempos de vacas gordas y flacas”, gracias sin duda a la existencia de una línea sindical homogénea y consecuente, refractaria a trafullos y dobleces, y compactada en torno a unos planteamientos ideológicos coherentes.

Sin embargo, con todo y eso, nosotros estamos convencidos de que la mayoría absoluta obtenida por el sindicalismo soberanista y de clase canario en el Hospital Universitario de Canarias, dejando en el más bochornoso de los ridículos, en primer lugar a UGT y después a CCOO, así como poniendo coto a las nefastas tendencias hacia el corporativismo sindical (pues es bien sabido que el corporativismo es la antesala de la división, y ésta la premisa para la derrota del conjunto del colectivo laboral) no es un caso aislado, sino que marca una tendencia que es general y que los sindicatos de clase de ámbito y soberanía canaria deben aprovechar para ganarles las batallas en el terreno de las Empresas y Centros de trabajo al sindicalismo rastrero. 



Con una fuerte presencia del sindicalismo consecuente canario en los sectores productivos y de servicios de esta tierra, buscando la unidad y la cohesión en la lucha, nuestra clase trabajadora podrá plantearse escribir nuevas y mejores páginas en su historia. En esa batalla estamos.

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