HAY muchos lobos con piel de oveja infiltrados hasta el tuétano...
Gente biempensante que acaricia los oídos de muchos de nosotros, ataviados con palabrería y gestos convenientes se cuelan como ídolos o mesías o héroes de locuacidad fácil.
No es fácil descubrirlos pero terminan poniendo en evidencia su zigzag ideológico, su precio, su conciencia errante.
Se me ocurren muchos nombres, personas que optaron por el cambio de pelo o de chaqueta y viven desmemoriados mirando de reojo lo que fueron.
Obviamente es gente a la que importamos poco nada. Sólo son flautistas mágicos que aprovechan la ocasión para adquirir notoriedad cueste lo que cueste y después, si te he visto ni me acuerdo.
Esta gente de piel aborregada mueven sus tramposas pezuñas ávidas de suelos enmoquetados pero para conseguir esto primero deben pisotear el fango.
Yo no siento ninguna pena por estos lobitos tan buenos, tan amables, tan aguerridos, tan bien armados con discursos correctos, todo lo contrario, siento desprecio por ellos, sé, que echan a correr con el rabo entre las piernas cuando se les señala, sé que no van a dar la cara, sé que la traición siempre irá adosada a sus nalgas.
Y sé también que al menor descuido, se lanzan en manada para hundir sus colmillos en quien les da confianza.
*Silvia Delgado (Kaos en la Red)
No es fácil descubrirlos pero terminan poniendo en evidencia su zigzag ideológico, su precio, su conciencia errante.
Se me ocurren muchos nombres, personas que optaron por el cambio de pelo o de chaqueta y viven desmemoriados mirando de reojo lo que fueron.
Obviamente es gente a la que importamos poco nada. Sólo son flautistas mágicos que aprovechan la ocasión para adquirir notoriedad cueste lo que cueste y después, si te he visto ni me acuerdo.
Esta gente de piel aborregada mueven sus tramposas pezuñas ávidas de suelos enmoquetados pero para conseguir esto primero deben pisotear el fango.
Yo no siento ninguna pena por estos lobitos tan buenos, tan amables, tan aguerridos, tan bien armados con discursos correctos, todo lo contrario, siento desprecio por ellos, sé, que echan a correr con el rabo entre las piernas cuando se les señala, sé que no van a dar la cara, sé que la traición siempre irá adosada a sus nalgas.
Y sé también que al menor descuido, se lanzan en manada para hundir sus colmillos en quien les da confianza.
*Silvia Delgado (Kaos en la Red)
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