OCO a poco se están dando los pasos para acabar con el sistema público de pensiones. De nuevo estamos en estos días en otro ataque más, esta vez procedente de un gobierno que se dice socialista. El mantra que se repite sin cesar es justo todo lo contrario: "son medidas necesarias para garantizar la pervivencia del sistema" y, en lo básico, tanto PSOE como PP están de acuerdo. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. En todo caso, todo indica que se trata de una nueva etapa del rescate bancario con fondos de los ahorradores que no se atreven a consumir y el inestimable apoyo del estado que garantiza desgravaciones fiscales permanentes que constituyen el único atractivo real de los planes privados...
En mi empresa, como en tantas otras, los fondos sociales han sido derivados en buena parte hacia un plan de pensiones. A pesar de que sólo existe una pequeña parte variable, en los últimos años no ha parado de perder y perder fondos. En tiempos de bonanza económica la cosa tampoco pinta mucho mejor. Hay multitud de productos financieros sin riesgo que proporcionan mucha más rentabilidad pero que, por el contrario, no están incentivados por el estado.
Se trata, pues, de quitarle dinero al contribuyente para entregárselo a los bancos con la connivencia del estado y los partidos mayoritarios que los sustentan. Y como siempre, el factor miedo es fundamental. No paran de vendernos que el sistema colapsará en unos años aduciendo fundamentalmente el factor envejecimiento de la población, lo que provoca inquietud entre la masa trabajadora que ya mira a la edad de jubilación como algo no tan lejano. ¿Cómo han hecho los cálculos? Ahí está el quid de la cuestión, en un mundo cada vez más globalizado, la movilidad de los trabajadores y trabajadoras, a pesar de las fronteras, es un factor a tener en cuenta. No hay más que ver lo sucedido en años pasados en nuestro país para darse cuenta de que la inmigración es un factor corrector de primera magnitud que es necesario considerar. Pero aún hay más, si los números se hacen con el PIB de ahora, es obvio que las cuentas no saldrán jamás. Incluso en años aciagos como estos el PIB sube ligeramente y en decenas de años es de suponer que habremos salido de la crisis y los crecimientos serán sostenidos por encima del 3 o 4%.
Pero en el caso de que no hubiese dinero para sostener de manera autónoma el sistema público de pensiones, ¿dónde está escrito que no puedan destinarse fondos de los presupuestos generales para complementar un supuesto déficit?
* Juanlu González
* Juanlu González
¿Preguntas que "dónde está escrito que no puedan destinarse fondos de los presupuestos generales para complementar un supuesto déficit"?. La respuesta es muy sencilla: en el llamado "Pacto de Toledo", suscrito por la mayoría de los Partidos parlamentarios (sí, también por IU...) y que recibió la irresponsable bendición de CCOO y UGT, siendo presentado como "la panacea" que garantizaría el futuro de las Pensiones Públicas, y Pacto en el que, por primera vez en la Historia, vinculaba el sostenimiento, la extensión y la cuantía del sistema de Pensiones a su capacidad de autofinanciación (mediante las Cuotas sociales destinadas a tal fin), descartando la obligación del Estado de complementar tales gastos con cargo a otras partidas presupuestarias, en el supuesto de que "la hucha" se quedara vacía.
ResponderEliminarEsto es lo que hubo y lo que hay: que cada cual aguante su cuota parte de responsabilidad. A la clase trabajadora sólo nos queda luchar para romper con la repugnante filosofía del Pacto de Toledo, y obligar a rectificar ese histórico paso atrás en nuestros derechos sociales básicos.