miércoles, 26 de enero de 2011

El Gobierno Autónomo y la familia Chillida relanzan el Proyecto para la destrucción de Tindaya*

Pretenden comenzar con el vaciado de la montaña en un plazo de dos meses. En nuestra opinión sería más productivo que Paulino Rivero se vaciara la cabeza. ¡Total, pa' lo que le sirve!
ABLAR de destrucción medioambiental, superpelotazos, megaproyectos y corrupción en Canarias equivale, en la práctica, a referirse a la esencia del modelo económico impuesto por una burguesía depredadora que tiene en la casta política isleña a su más fiel representante. Pero, aunque los casos que corroboran este afirmación son abundantes, algunos pueden esgrimirse de manera particular como ejemplo de la forma en la que hace sus “negocios” esa suerte de contubernio construcgobernante enriquecida mediante el expolio y la destrucción de la biodiversidad del Archipiélago...




Uno de estos casos, sin lugar a dudas, es el de Tindaya. La montaña majorera es el espacio natural de Canarias protegido con un mayor número de disposiciones legales, al estar catalogada como Monumento Natural, Monumento Histórico Artístico Punto de Interés Geológico y Bien de Interés Cultural. Sus valores arqueológicos, culturales y geológicos justifican ampliamente esta consideración. Tindaya es conocida fundamentalmente por los más de 300 “podomorfos”, grabados ruprestres con forma de pie realizados por los aborígenes de Fuerteventura, que se extienden por su cima y sus laderas. Pero éstos no son todos los restos arqueológicos que alberga la montaña. En sus laderas existe abundante material pendiente de estudio y en su base hay tres poblados también pendientes de excavación. 

No son estos, sin embargo, los valores que motivan la actuación de las autoridades canarias, por lo que toda la protección legal de Tindaya no impidió que las empresas Compañía Artesal de Cantería de Arucas, S.L. y Cabo Verde, S.A. la taladraran impunemente para extraer su traquita, un piedra ornamental muy valorada en la construcción. Y no es extraño tampoco que el disparatado proyecto del ya fallecido escultor vasco Eduardo Chillida. Chillida -consistente en agujerear y vaciar ese espacio natural y cultural protegido para albergar en su interior un cubo de 50 metros de lado- fuera acogido con exaltado entusiasmo por el Cabildo de Fuerteventura y el Gobierno de Canarias. El Parlamento autonómico declaró el proyectado monumento “de interés general para Canarias”.

Poco importó que ya en 1996, las propias conclusiones del informe que el Cabildo de Fuerteventura se vio obligado a encargar a seis expertos fueran meridianamente claras:

"La Montaña reúne un conjunto de valores plurales de diverso signo, cuya conservación no parece compatible con el aprovechamiento minero de los recursos naturales, o con la realización de movimientos de tierra y procesos urbanísticos".

El informe pasó a dormir el sueño de los justos, ignorado al igual que las razones y datos presentados por ecologistas, arqueólogos, botánicos, biólogos, etc., para demostrar el carácter destructor de la macroobra.Para tratar de sacar adelante el proyecto de Tindaya se han esgrimido informes inexistentes, se ha mentido, se han modificado leyes a conveniencia y contratado a expertos dispuestos a decir lo esperado por sus pagadores. El Gobierno de Canarias elaboró una “normas de conservación” ad hoc para posibilitar la obra.

La historia del proyecto, desde que fue ideado por Chillida en 1993 hasta la actualidad, reúne todos los ingredientes típicos de los grandes chanchullos ultraperiféricos que se gestan en este archipiélago. El propietario de la empresa Canteras Cabo Verde S.A.. Rafael Bittini – que constituyó junto a la empresa pública Saturno la sociedad Proyecto Monumental Montaña Tindaya - encontró en él la salvación de su patrimonio. El Gobierno de Canarias decidió pagarle 950 millones de pesetas a este amigo íntimo de Lorenzo Olarte por el rescate de la concesión minera en la montaña. El montante recibido por Bittini equivalía, causalmente, a las deudas de Cabo Verde, S.A., que se encontraba al borde de la quiebra. Posteriormente se vendieron los derechos sobre la Montaña a la unión temporal de empresas formada porNecso y Fomento de Construciones y Contratas (FCC). 

Según los datos aportados por la Asociación Tinerfeña de Amigos de la Naturaleza (ATAN), el vaciado de la montaña para la realización del cubo de Chillida supondría la extracción de 125.000 metros cúbicos de traquita. Una cantidad de material que, con los precios de 1998, se habría traducido en unos 40000 millones de pesetas. 

El pasado 18 de enero, el presidente del Ejecutivo regional Paulino Rivero y el consejero de Agricultura, Ganadería, Pesca y Medioambiente Domingo Berriel se reunían en el País Vasco con la familia de Eduardo Chichilla para tratar de reactivar este suculento negocio. La reunión tenía lugar apenas 20 días después de que los herederos del escultor tuvieran que cerrar el museo Chichillida Leku, ubicado en Guipuzcua, por su imposibilidad para sostenerlo económicamente. El plan del Ejecutivo autonómico es convocar en un plazo de dos meses un concurso público para la adjudicación de la obra, cuya realización costaría 75 millones de euros. Necso y FCC, no obstante, entienden que el contrato suscrito con la sociedad Proyecto Monumental Montaña Tindaya continúa vigente. 

Ante este intento de reiniciar las obras del proyecto de Chillida, la Federación Ecologista Ben Magec ha recordado al Gobierno regional que las normas de conservación del Monumento Natural de Tindaya se encuentran actualmente recurridas ante el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC), por su incompatibilidad con el proyecto de obra promovido, por lo que ·sería deseable sería que esperase a la resolución de este proceso”. Los ecologistas han manifestado, igualmente, que el nuevo impulso a las obras de Tindaya ocurre en un contexto de crisis económica y de importantes recortes en los servicios sociales canarios, que pone en tela de juicio tanto la oportunidad como la viabilidad de una obra como esta en este momento”.

Por su parte, el colectivo Guanil de Fuerteventura – integrado en Ben Magec – calificó como “bochornoso espectáculo” el viaje de Paulino Rivero y Domingo Berriel a San Sebastián, a costa del erario público, “para para firmar con la Fundación Chillida el tremendo pelotazo denominado "Proyecto Monumental Montaña Tindaya". Este colectivo ha reiterado su rotunda oposición al mismo y organizará en 4, 5 y 6 de febrero unas jornadas en Puerto del Rosario con el fin de difundir el discurso ecologista sobre este tema y mostrar una vez más el rechazo social al proyecto de Tindaya.

El Gobierno canario, por su parte, expresaba el jueves 20 de enero que considera que que tiene "suficientes argumentos jurídicos y técnicos" para que la obra de construcción del Proyecto Monumental de Tindaya se pueda llevar a cabo conforme al convenio suscrito esta semana con los herederos del escultor.

El Ejecutivo relanza el Proyecto asegurando que "su coste lo sufragarán las Empresas constructoras a cambio de una concesión de la explotación del Monumento" y asegura que "los gastos de costearán con las ventas de las Entradas al público".

*Canarias Semanal.

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