lunes, 10 de enero de 2011

El miedo exige respuestas*

(Pacogarabato)
Publicamos hoy un Artículo de opinión firmado por Jesús Maraña, quien como muchos de ustedes sabrán, es el Director del diario español "El Público", medio de comunicación que pasa por ser el portavoz oficioso del sector zapaterista del P$O€, en contraposición con el diario "El País" (del Grupo Prisa) que representaría su ala felipista (ya saben, el famoso "señor X")..


Preguntarán, con razón, qué hace un vocero neoliberal-socialdemócrata en un Blog como éste. La respuesta es muy simple: la situación de total entreguismo del actual Gobierno a los dictados de los eufemisticamente denominados "Mercados" (que no son otra cosa que la nueva denominación que reciben las fuerzas del Capital financiero y especulativo -estatal e interestatal- y sus instrumentos de chantaje -Agencias de calificación financieras, etc.-) han llegado a un extremo tal, que incluso sectores socialdemócratas tibiamente keynesianos, se echan manos a la cabeza ante la magnitud del desarme ideológico (y las consecuencias electorales inmediatas que derivarán del mismo) que sufre su Partido, al adoptar una línea de pensamiento y una práctica política perfectamente intercambiable con la derecha más recalcitrante...





Marañas, además, aborda en este artículo una cuestión de sumo interés para quienes nos situamos, sin disimulos ni complejos, en la orilla izquierda: se trata de los efectos paralizantes que produce en el cuerpo social la propagación del miedo irracional "a lo que pueda venir". 


Tal como nosotros lo vemos, quien sufre esta patología social (desgraciadamente, gran parte de nuestra clase trabajadora) se convierte en un ser dócil, en un conformista, en un adocenado... justamente lo que interesa al Sistema explotador que sufrimos... En tal sentido, no son ajenas a este interés del Capital por generar sensaciones de impotencia y tendencias a buscar salidas individualistas a los problemas (alejando a las clases populares de actitudes de resistencia y su participación en acciones colectivas), la propagación de determinadas corrientes doctrinales que, arropadas bajo una verborrea de supuesto "cientifismo social" (en realidad, disparates incontrastables basados en interpretaciones sesgadas obtenidas de hechos empíricos aislados -muchas veces, incluso, puras invenciones-) propagan a través (sobre todo) de las redes sociales diversas tendencias milenaristas-catastrofistas, o las siempre fáciles de asimilar teorías conspiranoicas; por no extendernos en los agradecidos "potajes" donde se mezcla un poco de todo, aderezados con una buena dosis de "determinismo histórico", lo que termina por producir en el "contaminado" un estado de parálisis que podríamos considerar próxima a la catatonia social (o al idiotismo, lo que en definitiva viene a surtir idénticos efectos).


Estas "teorías" de trasfondo reaccionario (aunque utilicen muchas veces una retórica supuestamente "subversiva", para captar a izquierdistas poco avisados y/o desquiciados), son en definitiva, a las ciencias sociales lo que la astrología es a la astronomía: la primera (una evidente chafalmejada pseudocientífica sin base alguna) se apropia de elementos del lenguaje científico de la segunda, para así embaucar a incautos. Lo que ocurre es que, si escarbamos lo suficiente sobre tales pseudo-ciencias, nos encontramos con que tras las ampulosas y muchas veces enrevesadas murallas de retórica secuestrada a las verdaderas ciencias, no se encuentra otra cosa que aquello que caracteriza a toda filosofía irracional: el recurso a la , en última instancia, como sustento básico de todo el andamiaje...


Pero volvamos al artículo que nos ocupa, porque Maraña en él, hace unas pertinentes reflexiones sobre la utilización del "miedo social" que está utilizando el Sistema (incluido su propio Partido como instrumento del mismo) para mantener paralizada a la sociedad, que está siendo brutalmente golpeada con medidas antipopulares que van "in crescendo", en medio de una medrosa pasividad y atonía social, lo que, sin duda, es un dato peligroso en todos los sentidos...


El miedo exige respuestas  



La mayor paradoja del tiempo político actual es la coincidencia de la crisis más aguda del capitalismo con el hundimiento generalizado de la izquierda. El poder del miedo, esa doctrina del shock que Naomi Klein supo denunciar antes de la hecatombe de 2008, tiene mucho que ver con lo que está ocurriendo. Una crisis excepcional exige respuestas excepcionales, pero hasta el momento la izquierda sólo ha dado síntomas de entrar en pánico y de aceptar responsablemente todas y cada una de las recetas de los cerebros del neoliberalismo: susto o muerte. La secuela más grave del crash económico consiste en esa debilidad patética de la política frente a los mercados. Los amos de las finanzas, que no son entes abstractos sino inversores, banqueros y especuladores con nombres y apellidos, han dictado una especie de servicios mínimos al Estado del bienestar, cuya subsistencia futura parece depender más de la caridad que de un progreso social justo. El terremoto al que asiste la socialdemocracia, siempre dispuesta a entrar en una desorientación melancólica, debería servir para repensar una posición de izquierda ante el tsunami de la globalización. Si algo está demostrando la crisis, es la absoluta hipocresía de quienes la provocaron y la necesidad de fortalecer la democracia. Por eso hacen falta alternativas realistas que respondan sin complejos (y sin miedo) al dominio conservador en la economía, en los medios, en el lenguaje y hasta en la forma de explicar el mundo.


*Jesús Maraña

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