En el presente caso, me quiero referir a un concreto aspecto: el espíritu trasgresor e insumiso a las imposiciones injustas e irracionales del Sistema, que ha venido caracterizando la práctica de las diferentes acciones protagonizadas por los participantes en el Movimiento 15 de Mayo.
Por primera vez en muchos años, he podido observar con harta sorpresa cómo cientos y miles de personas se "pasaban por el arco del triunfo" la lógica de la sumisión, que ha sido, durante los últimos treinta años, la pesada losa que el Sistema y sus instrumentos y agentes sociales (que dentro del movimiento sindical, como todos sabemos, son principalmente CCOO y UGT) han impuesto a las clases trabajadoras para impedir que éstas manifiesten con entera libertad su oposición a asumir agresiones a sus derechos.
Y para que tal especie de "milagro" sucediera, no ha tenido que ser preciso que la militancia histórica y organizada de izquierdas se desgañite: la práctica del movimiento asambleario ha venido facilitando sobremanera que sus participantes asuman con total normalidad que cuando una cosa debe hacerse, pues se hace, y punto... ¿Que la Asamblea entiende necesario salir de las correspondientes plazas y realizar "caceroladas" delante de instituciones públicas?: pues se hacen, aún a consciencia de que se está cometiendo una supuesta "ilegalidad", al no "solicitar formalmente", con los preceptivos 10 días de antelación la realización de esa protesta pública... ¿Que al día siguiente se decide ocupar las Oficinas del INEM (aquí el ICFEM) para protestar contra los intolerables índices de desempleo y el recorte de prestaciones?, pues otro tanto... ¿Que se plantea la conveniencia de hacer una cadena humana en torno a la manzana que ocupa el Parlamento autonómico o una concentración frente a la Delegación del Gobierno colonial?, pues se hace, despreciando olímpicamente las advertencias (bien intencionadas, en cualquier caso) de un jurista que (en el caso del Parla-miento) advierte que eso está expresamente prohibido por Ley, y así muchas otras cosas...
Aprendamos de esto, y trasladémoslo a nuestra práctica en el seno de las Empresas y Centros de trabajo. Por ejemplo: la próxima vez que se convoque una Huelga y se nos impongan "servicios mínimos" abusivos, no me gustaría observar que se reprodujeran las eternas discusiones sobre si cumplirlos o no, en función de lo que es "legal" o lo que es "ilegal": si esos "servicios mínimos" resultan abusivos y estamos convencidos que lesionan nuestro derecho de Huelga, pues simplemente no los cumplimos, los boicoteamos y punto redondo: nosotros tenemos suficiente experiencia para saber cómo cargarnos unos servicios mínimos a las bravas; lo malo es que con el paso del tiempo parece que nos hemos ido olvidando.
Agradezco profundamente a las y los jóvenes (y no tan jóvenes) participantes en el Movimiento 15-M que, de alguna manera, nos estén "refrescando" la memoria.
*Roberto Rivero.
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