Entonces se pone en marcha un conjunto de estratagemas discursivas y expresivas que tienen como objeto legitimar acciones o resignaciones políticas evitando evocar, sobre todo, sus correspondientes imágenes mentales. Si se trata de cerrar quirófanos en los hospitales públicos en horario de tarde debe hablarse de “una optimización del servicio”. En general cualquier recorte de los presupuestos de los servicios públicos es, en realidad, un valioso incentivo para “hacer más con menos”. Los 70.000 desempleados canarios que hoy no cobran ningún tipo de subsidio no están amenazados por el hambre: se califican como “personas fuera del objeto de las prestaciones legalmente establecidas”, con lo que la imagen de comedores sociales intransitables y contenedores de basura saqueados al anochecer se desintegra suavemente.
Modificar la Constitución en el plazo de una semana, sin que medie debate parlamentario y a espaldas de las minorías es “una decisión política llevada a cabo a través de un proceso exquisitamente democrático”. Pactar electoralmente con fuerzas políticas de programas disímiles, cuando no contradictorios, es una decisión “en beneficio del futuro de los ciudadanos canarios”. Reducir unos salarios que no han dejado de perder poder adquisitivo desde hace lustros es “reajustar las variables económicas para estimular la recuperación de las empresas y la economía”. “El lenguaje político”, dice Orwell, “es construido para lograr que las mentiras parezcan verdaderas, y el asesinato respetable, y para dar una apariencia de solidez al viento”. Descodificarlo es hoy, más que nunca, un deber intelectual incrustado en las obligaciones del periodismo.
*Alfonso González Jerez
*Alfonso González Jerez
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