Las posiciones extremas en el independentismo canario son, por un lado, las interclasistas que plantean postergar la lucha de clases a la consecución de la independencia y, por otro, las que contemplan la independencia solo como una vía necesaria para alcanzar una sociedad socialista. Mi posición siempre ha sido que Canarias es una nación colonizada y que, por lo mismo, la doble explotación que sufrimos por mano del Estado Español y por mano de su propia lumpenburguesía criolla dependiente, precisa de la unidad del planteamiento político liberador nacional y social, lo que se expresa bien con el lema de “Libre y Socialista”. Soy consciente de la necesidad de presentar un frente común ante el colonialismo que integre ambas posiciones. Es más, solo alcanzaremos la independencia si conseguimos que todo el campo independentista se enfrente unido al colonialismo español, pero eso nunca puede significar renunciar a nuestras posiciones de clase ni a hegemonizar el campo nacional-popular, máxime si tenemos en cuenta las características de nuestra burguesía que la convierten en el apoyo más firme de la continuidad de la dependencia que, para ellos, es más rentable y segura que la independencia. En esta etapa de la lucha las dos posiciones extremas no son antagónicas aunque el interclasismo no comprenda que la burguesía criolla, que ostenta hoy el poder “regional”, forma también una parte –y esencial- del aparato de dominio español. El interclasismo independentista y la izquierda nacional se necesitan mutuamente para combatir al colonialismo, el enemigo común. Juntos sí, pero no revueltos.
Como pienso que, pese al avance que ha significado la intervención de Intersindical Canaria, estamos en situación similar a la de años anteriores y que el debate de fondo va más allá de una simple manifestación el próximo 22 y que, además, sigue abierto, me limito en esta ocasión a reproducir a continuación los pensamientos que en torno a este día del 22O expresé hace tres años dando de nuevo así un sentido homenaje a mi camarada y amigo Elio Rodríguez Figueroa que siempre tuvo claro quienes en esta nación nuestra están por la independencia y quien es el enemigo, tanto de clase como de un horizonte futuro de libertad y democracia:
BANDERAS Y UNIDADES
(22 de Octubre de 2008)
Nacido el MPAIAC, primer movimiento político que luchaba abiertamente por la independencia desde dentro de esta patria nuestra, adoptó, el 22 de octubre de 1964, como su bandera la tricolor heptaestrellada creada por Antonio Cubillo. Además del MPAIAC, las organizaciones como PTC, CCT, SOC y las socio-culturales con ellas relacionadas como Solidaridad Canaria, que en aquel momento, en Canarias, luchábamos por la independencia y por acabar con la brutal opresión social que sobre los trabajadores ejercía el poder colonial, con el apoyo de sus esbirros infragodos canarios cobijados bajo el paraguas del fascismo franquista, la adoptamos inmediatamente, no como símbolo partidario, sino como la auténtica Bandera Nacional Canaria, culminando así todo un proceso de expresión anticolonial que arranca desde las Añepas de palma guanches,
secuestradas hoy por los militares españoles en su museo, y pasa por la azul estrellada del Ateneo lagunero, asumida luego por el PNC, las del MIC y la RIA, y por la primera tricolor a bandas verticales de la Fiestas del Pino del 61 confeccionadas por Dª. Mª. del Carmen Sarmiento y sus hijos Arturo y Jesús Cantero que adoptó Canarias Libre.
Fueron luego otras opciones sindicales –refundidas a posteriori en el SOC-, políticas canarias como AM, y formaciones de izquierda de un ambiguo autodeterminismo (PUCC-UNI-MIRAC o ICAN, reconversión canarizada del PCE) las que reconocieron el carácter nacional de nuestra Bandera, pero son los movimientos sociales de todo signo quienes la dotan de su carácter popular, fundamental para consolidar su categoría de símbolo nacional. Detenciones y multas acompañaron a su crecimiento exponencial, pasando desde una etapa en que para que durara un par de horas colgada en lugar público había que acompañarla por falsos artefactos, o en que el Capitán General González del Hierro acuartelara a las tropas coloniales españolas por su izado en 1979 en los ayuntamientos de Las Palmas y de La Laguna, a otra en que hizo fuera impensable una fiesta o una manifestación pública en cualquier lugar de la geografía isleña, sin la presencia revolucionaria de alguna de los muchos millares que, por rollos, encargaba el gomero José Miguel Ramos Noda.
Ya desde los años 70 –siempre del pasado siglo- se viene celebrando anualmente el 22 de Octubre como “Día de la Bandera Nacional” y, año tras año, aumentan los colectivos de toda índole que se suman a esa celebración. En este 2008 ya, desde el pasado día 17 lo celebraron en Añaza las “Juventudes de CC”, eso sí, separadas para evitar contaminaciones, y para hoy 22, son múltiples las convocatorias a actos conmemorativos, desde una concentración de sacerdotes nacionalistas en el monumento Atis Tirma del Parque Doramas apoyados por el siempre activo Patronato La Sal y por SC, a diversas caravanas de coches en varias islas, actos en el Colegio Mayor San Fernando de Aguere y en el Club Prensa Canaria de Las Palmas, lugares ambos señeros en las luchas ideológicas de nuestra nación. Esta proliferación de actos, indudablemente unidos a un incremento progresivo de la conciencia nacional canaria, han hecho despertar de nuevo las llamadas a la “Unidad Nacionalista” (entendiendo siempre que “nacionalista” en esta colonia solo es el que lucha por la creación de la República Canaria soberana), unidad que, una vez más, es para muchos una especie de panacea, etérea e indefinida, que va a resolver, nada más lograda, el problema colonial.
Precisamente el acto que, en el Club Prensa Canaria, organizan conjuntamente UP y ANC, está dedicado a la memoria de un veterano luchador, de esos escasos que mantienen sus ideales una vida entera, que ya, envuelto en nuestra bandera y, con otra roja en el corazón, emprendió el camino sin retorno a los Montes Claros –a las estrellas le gustaba decir a él- el camarada Elio Rodríguez Figueroa, compañero primero de lucha en el PC de mis tíos Luis y Antonio, miembros de las iniciales “Juventudes Comunistas” fundadas con él y su heroico hermano Layo –hijos ambos del inolvidable D. Luis Rodríguez Figueroa- en el garaje de su casa lagunera, incautada después por el fascismo español para “Cuartel de Antigas”, y luego de Ramón en la aventura americana, y compañero también inapreciable para mí en la lucha dentro de la patria, con una mirada verdaderamente marxista y, por lo mismo, abierta, como afirmaba en uno de los muchos debates que sostuvimos : Primero, ser Marxista, ¡faltaría más!.....Yo no acostumbro a ocultarme bajo seudónimos (respeto a quien lo hace). Me llamo Elio Rodríguez Figueroa, soy marxista-leninista desde hace 71 años, tengo 85(contestaba así, hace unos 6 años, a una reflexión firmada por “Tixama”)…….. ¿Qué debemos hacer? Lo que han hecho otros pueblos en su lucha por la liberación, con la lógica de un precepto marxista: las experiencias no se exportan, se interpretan(“Reflexiones sobre lo que dice el compañero Francisco Javier”. El Guanche) Esto lo planteaba en oposición a mi posición de que los independentistas debíamos aprovechar siempre los procesos electorales, mientras que él planteaba la actuación de las que llamaba“Unidades de Tagoror” para la resistencia pasiva y el desbordamiento democrático y, en última instancia, la movilización popular generalizada.
El camarada Elio planteó una Plataforma Unitaria, innominada, con unas bases que quedaron planteadas en su escrito “Notas de Trabajo para la Construcción de una Alternativa Nacional y Popular Canaria” desarrollada en 10 puntos que se pueden consultar en su página de “El Guanche” cuya introducción y 3 primeros puntos reproduzco:
La desbandada, las traiciones y la división de la izquierda, el encanallamiento político, y la falta de una expresión política de los intereses populares, permiten que las fuerzas más reaccionarias campen por sus anchas en Canarias.
Esta situación no debe perpetuarse. Mujeres y hombres provenientes de distintas militancias y experiencias, pero conscientes de esta necesidad, apostamos por iniciar el proceso que permita la construcción de esa fuerza transformadora.
La experiencia nos lleva a ser sensatos y prudentes. A no lanzar siglas a la aventura, sin un largo proceso de sedimentación de ideas y de métodos. A no medir los pasos por las exigencias electorales. A abrir un debate inteligente, generoso y de largo alcance. Un debate del que surja una poderosa organización, de sólidas bases populares, para la emancipación social y nacional del pueblo canario.
Una organización:
1. Democrática, flexible y horizontal, entendida más como una red que como una jerarquía piramidal. Integradora, transparente y plural, construida sobre la ética personal y política.
2. Partidaria del socialismo, de la propiedad colectiva y de la propiedad pública. Que apueste por un potente sector público canario frente a la dependencia de las grandes corporaciones transnacionales.
3. Que defienda los derechos de las trabajadoras y trabajadores frente a la explotación sin control y la voracidad empresarial.
Elio era consciente de quienes, en esta patria nuestra, tenían clara esta perspectiva y quienes eran los aliados firmes del colonialismo, así en “Respuestas a Notas de Trabajo” aclara: “Cualquier acción coherente pasa por construir por los "cimientos"; independencia coherente con los intereses del pueblo de Canarias, los cuales no son compatibles con aquellos que comparten sentimientos españolistas, puesto que ello es compartir la doble explotación; como colonia y como clase trabajadora, por españoles y sus secuaces, sean las máscaras supuestamente nacionalistas o de izquierda, léase PSOE o IU; ATI y sectores colaboracionistas de CC.”
Hoy, y en su recuerdo, mantengo mi posición clara: La izquierda nacional canaria tiene que ser el alma matriz de esa organización para la liberación que Elio nos reclama desde las estrellas y, con ella, construir esa Unidad Nacional Popular, contrahegemónica, que nos lleve a la independencia y al socialismo.
*Francisco Javier González.
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