La izquierda solamente tendrá opciones electorales cuando haya derrotado a la derecha con la movilización en la calle
“Parece ser que la máxima aspiración de las agrupaciones de la izquierda política es colocar un diputado en el congreso español, institución de la cual no se puede esperar absolutamente nada”
René Behoteguy Chávez |
1. Definir el ámbito de la izquierda. ¿Qué y quién es de izquierda?
Aunque se presente difuso en la actualidad, este tema no debería ser complejo de analizar. Si bien la dinámica de manipulación mediática ejercitada fundamentalmente por la derecha a través de uno de sus más eficientes tentáculos como es la mal llamada socialdemocracia, ha generado mucha confusión, deberíamos tenerlo claro.
Existe un sistema que privilegia los dueños del capital y se basa en la explotación de la clase trabajadora, este sistema imperante en el mundo se llama capitalismo. Es por tanto bastante simple, entendemos por izquierda al conjunto de organizaciones políticas, culturales, sindicales y sociales que luchan por la destrucción del sistema capitalista y la implantación de un nuevo modelo que supere la explotación.
En este sentido la izquierda se define fundamentalmente por ser anticapitalista. Las posiciones políticas que buscan suavizar el capitalismo o darle un rostro más social pero sin atacar sus bases y destruirlo, son de derecha, independientemente de que sus nombres incluyan palabras como "izquierda","socialista" u "obrero".
Esto hay que entenderlo con claridad porque es fundamental, sobretodo en momentos de enorme debilidad como el actual, evitar cualquier tipo de pacto o acercamiento con fuerzas de derecha independientemente de su tamaño o influencia, porque a la postre esto acaba debilitando a la propia izquierda. El ejemplo más claro es el continuo desgaste, debilitamiento y desarticulación que ha supuesto para IU la lógica de pactar con el PSOE allí donde pueda para frenar al PP, política que finalmente ha hecho crecer a la derecha representada por el PSOE y el PP mientras que IU se ha hundido pasando de los más de 20 diputados que tenía el PCE al iniciarse la transición, a tener solamente uno en la actualidad. Y más grave aún perdiendo toda posibilidad de influencia en la movilización de calle.
Esto que parece una obviedad, en la práctica no lo es tanto, de hecho no ha sido asumido por las organizaciones de izquierda en Canarias de modo alguno. Ejemplos sobran pero podemos ilustrarnos con algunos, por ejemplo la alianza de izquierda unida en las últimas elecciones municipales con Socialistas x Tenerife y Nueva Canarias, dos fuerzas políticas que, si atendemos a la definición anterior son claramente de derecha y que para lo único que ha servido es para fortalecer a la derecha pseudonacionalista (CC y NC) que ahora, despojada de caretas, participa junta en las elecciones del 20N. Otro ejemplo claro es el apoyo tácito que en muchas ocasiones han dado tanto partidos políticos como sindicatos de izquierda a convocatorias o celebraciones del Primero de Mayo lanzadas por UGT y CC.OO. que representan en el discurso y en la práctica a la derecha sindical.
2. Construcción de estrategias de alianza. La infinita cantidad de opciones intermedias entre "me caso para toda la vida" y "no me dirijo siquiera la palabra"
Parece ser que las organizaciones de la izquierda en Canarias hacen un énfasis desmedido en sus diferencias y restan importancia a los puntos que las unen y las luchas en común que deben enfrentar.
Es claro y evidente que en Canarias la izquierda es diversa y atraviesa distintas sensibilidades. La historia del archipiélago ha generado al menos tres vertientes claramente definidas.
a) La izquierda nacionalista que conjuga su adscripción a un programa socialista en Canarias y la lucha por la construcción nacional del pueblo canario.
b) Una izquierda comunista de raigambre republicana que reivindica a Canarias como parte de un Estado español socialista, republicano y federal
c) Una corriente, en estos tiempos disminuida, pero de enorme relevancia histórica que proviene del anarquismo libertario.
Es absurdo pretender que estas tres vertientes se fundan por completo en un proyecto común porque las diferencias entre las mismas no son superficiales y atañen a la identidad misma de las organizaciones. Sin embargo hay una serie de opciones alternativas entre este posible "matrimonio feliz" y el "somos tan diferentes que ni siquiera conversamos".
Es como en la vida, entre casarse para toda la vida y no hablarse, hay miles de opciones intermedias, que pasan por ser amigos, amantes, amantes ocasionales, conocidos que coinciden en ocasiones y un largo etc.
Desde esta perspectiva hay asuntos tales como la lucha por la defensa de los derechos básicos de los trabajadores y trabajadoras o la defensa a ultranza de la educación y sanidad públicas y gratuitas, que deberían convocar la acción común y organizada de todas estas fuerzas. Incluyendo la necesidad de salir de los despachos y locales para bajar a la calle e intentar organizar a la clase trabajadora evidentemente descontenta como se comprobó en las multitudinarias manifestaciones del 15M.
Se puede y de hecho se deben construir puentes y tejer redes de alianzas puntuales entre toda la izquierda ante el avasallamiento que sufrimos de las fuerzas reaccionarias que, de hecho, si tienen muy claro en qué cosas unirse y en cuales enfrentarse.
Para ello, las organizaciones deberían improvisar menos y diseñar una estrategia clara de alianzas que delimite con quienes se genera convergencia en función a los diferentes temas específicos y con quienes, una mayor afinidad, puede permitir caminar hacia una alianza orgánica.
Porque lo que si resulta evidente es que no tiene sentido alguno que organizaciones, pongamos por ejemplo Intersindical Canaria y el FSOC, que comparten un mismo campo ideológico (izquierda nacionalista), no caminen hacia una unidad más sólida y permanente.
Personalmente creo que avanzaríamos mucho más si, ante la atomización de la izquierda, en vez de plantearnos de buenas a primeras un Gran Frente Único que nunca se concreta, construyésemos en la práctica, que en el caso de la izquierda corresponde a la lucha en la calle, un camino de confluencia y unidad.
3. El electoralismo inútil
La izquierda, como no mueve millones de euros para hacer campaña, solamente tendrá opciones electorales cuando primero haya derrotado a la derecha con la movilización en la calle, antes de esto, la práctica desgastante de participar en elecciones es básicamente inútil y solamente refrenda la mentira de la democracia española ayudando a maquillar el bipartidismo.
No obstante parece ser que la máxima aspiración de las agrupaciones de la izquierda política, es colocar un diputado en el congreso español, institución claramente burguesa y colonial de la cual no se puede esperar absolutamente nada, menos aún teniendo un representante de entre los 350 que allí viven de lujo, con los impuestos que pagan los trabajadores y trabajadoras.
Resulta lamentable ver como las formaciones de izquierda, lejos de hilvanar un trabajo de contacto y de unidad cotidiano, entran en desespero y ultiman detalles de alianzas jaladas de los pelos, días antes de las elecciones, en las cuales se discute básicamente quién irá primero en las listas y para quién computarán los votos antes que cualquier tipo de cuestión programática.
En esta dinámica se trabaja más con la calculadora en la mano para ver si sumando a este o aquel alcanza que con el programa político que pasa a último plano. Es así que inclusive se ha llegado a pactar con la derecha, debilitando y desacreditando aún más la lucha de los trabajadores y trabajadoras como clase.
De igual manera cuando los sindicatos entran en dinámica de elecciones sindicales, muchas veces en sectores donde el más fuerte no es un sindicato de derecha, se llega a atacar y descalificar a otra fuerza de izquierda con tal de arañar un par de votos; este tipo de ataque lo sufre por ejemplo Intersindical Canaria en el sector de educación, donde el STEC-IC es mayoría y los dardos van dirigidos en su contra. Debemos en este sentido asumir con autocrítica que, en los momentos actuales, la movilización es infinitamente más importante que las elecciones sindicales y que para ser más fuerte, será necesaria una estrategia de movilización conjunta de todo el arco de la izquierda sindical que permita debilitar hasta erradicar de Canarias a los representantes de la derecha tanto en la patronal (CEOE y CEPYME) como en la derecha sindical (UGT y CCOO).
En todo caso, el escenario de construcción de la unidad debe ser la calle y la movilización antes que las urnas, debe priorizarse un trabajo asambleario en barrios y pueblos del archipiélago, antes que el esfuerzo inútil de tratar de colar algún que otro concejal o diputado que, en definitiva, nada cambian sino que se insertan y justifican el engranaje del sistema.
Por eso en Canarias hoy, los que de alguna manera creemos y militamos en la izquierda, deberíamos pensar que antes de unirla hay que construirla desde la base, y es en ese trabajo y esa lucha que los que no creemos en el capitalismo, el imperialismo, ni el colonialismo, "ni tantito así" como decía el Che, independientemente de nuestras diferencias, nos encontraremos.
* René Behoteguy Chávez es miembro de Intersindical Canaria (FUENTE: Canarias-Semanal)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu comentario se publicará una vez visto por el Moderador. Gracias por escribir. Ahul