martes, 4 de octubre de 2011

737 amos del mundo controlan el 80% del valor de las empresas mundiales*



UN estudio de economistas y estadísticos, publicado en Suiza este verano, pone de relieve las conexiones entre las multinacionales del mundo. Y revela que un pequeño grupo de agentes económicos – sociedades financieras o grupos industriales - domina la gran mayoría del capital de decenas de miles de empresas del mundo...




Su estudio, en la frontera de la economía, las finanzas, las matemáticas y la estadística, es escalofriante. Tres jóvenes investigadores del Instituto Federal de Tecnología de Zurich [1] han analizado las interacciones financieras entre las multinacionales del mundo. Su trabajo « The network of global corporate control » (La red de control global de las empresas) cubre una gama de 43.000 grupos ("empresas transnacionales") seleccionados en la lista de la OCDE. Pusieron de relieve las interconexiones financieras complejas entre esas entidades económicas: parte del capital detentado, incluyendo en las filiales o los holdings, la toma de participación cruzada, participación indirecta en el capital…

Resultado: el 80% del valor de las 43.000 empresas estudiadas está controlado por 737 "entidades": bancos, compañías de seguros o grandes grupos industriales. El monopolio de la propiedad del capital no se detiene allí. "A través de una compleja red de participación", 147 multinacionales, al mismo tiempo que se controlan entre sí, poseen el 40% del valor económico y financiero de todas las multinacionales del mundo.

Una superentidad de 50 grandes detentadores de los capitales

Por último, dentro de este grupo de 147 multinacionales, 50 grandes propietarios del capital forman lo que los autores llaman una " super entidad". Está compuesta principalmente por bancos: el banco británico Barclays a la cabeza, y las "estrellas" de Wall Street (JP Morgan, Merrill Lynch, Goldman Sachs, Morgan Stanley...). Pero también aseguradoras y grupos bancarios franceses: Axa, Natixis, Société Générale, Banque Populaire y Caisse d'Epargne, BNP-Paribas. Los principales clientes de los hedge funds y otras carteras de inversión gestionados por estas instituciones son, mecánicamente, los amos del mundo.

Tal concentración plantea graves problemas. Para los autores, « una red financiera densamente conectada se vuelve muy sensible al riesgo sistémico ». Cuando algunos grupos se tambalean en esa super entidad », el mundo entero se tambalea, como lo demostró la crisis de las subprimes. Por otra parte, los autores estudian el problema de las graves consecuencias sociales que plantea una concentración tan grande. Que un puñado de fondos de inversión y detentadores del capital, situados en el centro de esas interconexiones, decidan, via las asambleas generales de accionistas o su presencia en el seno de los consejos de administración, imponer reestructuraciones en las empresas que controlan… y las consecuencias podrían ser devastadoras. Finalmente, ¿Qué influencia podrían ejercer sobre los Estados y las políticas públicas si adoptan una estrategia común? La respuesta se encuentra probablemente en la acuciante actualidad de los planes de austeridad.

*Traducido para CAS por Françoise Chuffart

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