viernes, 18 de febrero de 2011

La corrupción del modelo colonial: el ejemplo de Lanzarote*


El diario español El País publica un reportaje sobre el fenómeno de la corrupción en la isla de los volcanes. Especialmente destacable es que el mismo diario reconozca que "no hay caso parecido en España", lo cual no creemos que constituya una casualidad ni un hecho que se reduzca en Canarias a una sola isla...



La corrupción en Canarias no es noticia, salvo cuando ocasionalmente la justicia española interviene para poner límites. Pero es que la historia antigua y reciente nos demuestra que dicho fenómeno es una tradición profundamente arraigada tanto en nuestro país como en España. Pero es en Canarias donde esta "tradición" no sólo persiste sino que no ha perdido apenas vigor alguno. En nuestra opinión la mayoría de la sociedad canaria sigue despistada adjudicando culpabilidades a políticos y empresarios concretos, e incluso a la clase política en general. Nosotros entendemos que la corrupción no es consecuencia de determinados personajes o de una clase política concreta, sino del sistema que ha creado este monstruo, el que ha creado a esta clase política. Es el sistema imperante en Canarias el que ha generado esta situación de corrupción generalizada que nos engañamos si la limitamos a la isla de Lanzarote. Creemos que a la luz exclusivamente vemos la punta de un iceber de un sistema dependentista totalmente podrido, y caso de corrupción han salido a la luz en otras puntos del país como Telde, La Oliva, Tasautey, etc.

Con la caída del fascismo formal en el Estado español se impuso en Canarias un proceso autonomista impuesto desde Madrid y que excluyó de toda participación del pueblo canario, a diferencia de otras naciones como Catalunya o Andalucía que disfrutaron de un referendum al respecto. El sistema electoral en el Archipiélago sería diseñado para fortalecer las estructuras caciquiles otorgando mucho más poder a los electores de islas que padecían y padecen el férreo control el cacicato insularista heredero directo del régimen "de toda la vida". Mientras la inmensa mayoría de los ciudadanos canarios, masas trabajadoras que viven en las áreas metropolitanas, y más libres del control oligárquico, veían devaluar el valor de su voto limitando enormemente a partidos ligados a los intereses obreros y populares. Por otro lado las altas barreras electorales impedía e impiden una representación equitativa y plural en el parlamento autonómico. A este sistema electoral le añadimos un modelo económico impuesto por los intereses extrajeros que se caracteriza por su extrema dependencia y especulación. Todo quedaba atado y bien atado en nuestro país. Como afirma el escritor Víctor Ramírez "El colonialismo es corrupción".

*Blog Nación Canaria

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