martes, 15 de febrero de 2011

Guanarteme, Toxo y el pacto social*

Cuando Thenesor Semidán decidió pactar, bautizándose como Fernando Guanarteme y  rindiendo la isla de Tamaran a la Corona de Castilla, probablemente no estaba conciente que con ese gran “pacto social”, estaba destinando a su pueblo y a su cultura al casi total exterminio. Es difícil saber a ciencia cierta qué factores determinaron  que el último guanarteme de Agaldar  tomar tal decisión, pero puede que estuviera pensando más en proteger su posición de privilegio social antes que en el destino de su pueblo. Lo cierto es que finalmente los castellanos ante esta muestra de debilidad manifiesta, aprovecharon la oportunidad para arrasar  sin miramientos con toda la estructura social, política y cultural de los antiguos canarios, incluyendo desde luego a los descendientes de la nobleza aborigen, con lo cual para lo único que sirvió el pacto es para facilitar la conquista no solamente de la isla, sino del resto del archipiélago canario...



Totalmente distinta fue la actitud tomada, entre otros por Doramas, quien combatió con fiereza y hasta las últimas consecuencias a los conquistadores. Muriendo a traición en la montaña de Arucas, pero manteniéndose vivo en la memoria del pueblo canario como símbolo de la lucha y de la resistencia contra el poder. Probablemente el origen plebeyo de este mítico guerrero haya influido en su predisposición a llevar la defensa de su pueblo y su cultura hasta las últimas consecuencias, finalmente él, a diferencia de Fernando Guanarteme, no tenía ninguna posición social que cuidar y utilizar para negociar con los conquistadores.  

Desde entonces han pasado ya más de 527 años  pero la lógica política de los poderosos sigue siendo prácticamente la misma. Esto puede verse claramente en el pacto sobre las pensiones como antesala de un megapublicitado gran “pacto social” que los sindicatos del poder CCOO y UGT han firmado  con la patronal y el gobierno del Estado español. Porque igual que en su momento Guanarteme, los burócratas Toxo y Méndez, antes que los intereses de los trabajadores y trabajadoras, están velando por su propia posición de privilegio que han obtenido del Estado a cambio de un trabajo de años  de desmovilización y desestructuración sistemática de la  conciencia de clase a lo largo y ancho del Estado.  A nadie se le escapa que las continuas negociaciones, , siempre a la baja, han fortalecido económicamente a las élites de los sindicatos mayoritarios a la vez que gradualmente se despojaba de derechos y conquistas a la mayoría trabajadora. 

No obstante, y lo que probablemente no saben estos señores, que gustan de fotografiarse grandilocuentemente en la Moncloa con los dueños del poder, en la misma forma servil en que  Thenesor Semidán se bautizo con todo esplendor en las Cortes Generales de la ciudad de Calatayud, teniendo nada menos que a los reyes católicos por padrinos, es que igual ahora que entonces el proyecto del poder es desaparecer sin miramientos todo vestigio de organización de los trabajadores y trabajadoras que permita poner freno a  la gran ofensiva del capital sobre los deshechos del “estado del bienestar”. Con lo cual las centrales sindicales desfiguradas y arrimadas al poder irreversiblemente, están firmando su acta de defunción, sea quien sea el que desde la Moncloa oficie de enterrador en la próxima legislatura. Porque el pacto para los que gobiernan en  Madrid, hoy como hace 527 años sigue siendo simplemente una herramienta más de dominación y exterminio que se alterna adecuadamente con el uso de la fuerza.

Ante este panorama, a los que no nos resignamos y queremos creer que aún es posible y sobretodo necesario resistir hasta las últimas consecuencias la barbarie de los que anteponen el dinero sobre la conciencia, nos queda aún y como único camino, el sendero  de Doramas. Porque en tiempos oscuros como estos, solamente en la lucha y la resistencia puede alumbrarse un futuro distinto para las futuras generaciones, porque los que  como él somos hijos del pueblo y no tenemos privilegios que negociar somos los llamados a resolver nuestros propios problemas     contestando las agresiones en la calle y teniendo muy claro que al enemigo de clase no se le da ni aire para que respire.

*René Behoteguy Chávez (miembro del colectivo de inmigrantes de Intersindical Canaria)

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