jueves, 5 de mayo de 2011

Tiempos tormentosos*



UESTRO amigo Fructuoso Rodríguez nos ha pedido que publiquemos un artículo de Jerónimo Carrera (publicado originalmente en la revista venezolana "Ópticas"), quien, según nos informa, es un viejo dirigente del Partido Comunista Venezolano (tiene más de 70 años) y goza de gran prestigio en la izquierda latinoamericana. El asunto que aborda su artículo tiene gran interés para las y los progresistas del mundo, no en vano está relacionado con la entrega por el gobierno bolivariano a las autoridades colombianas del periodista sueco-colombiano Joaquín Pérez Becerra, acto que ha provocado importantes controversias y repulsa mayoritaria en la izquierda mundial (además de auténtica estupefacción en aquella parte de la izquierda que se ha caracterizado hasta ahora por su especial apoyo a la experiencia venezolana). Este es el artículo en cuestión:


Tiempos tormentosos

Este Primero de Mayo del 2011 encuentra a los trabajadores del mundo entero, y en primer lugar a la clase obrera y por lo tanto a los comunistas y demás sectores revolucionarios, enfrentándose a muy arteras maniobras de sus enemigos de siempre.

Conducidos todavía en gran parte por los monopolios imperialistas yanquis, esos enemigos de los pueblos han venido perfeccionando las técnicas de infiltración y del sabotaje. Lo que antes se conocía como simple espionaje, es denominado por ellos ahora “inteligencia”, palabra que suena hasta bonita a los oídos de los incautos.

Esto lo expreso aquí como contribución al estudio muy cuidadoso, al análisis, referente al difícil momento actual, sin prejuicios, por el que están pasando las relaciones venezolano-colombianas. No es cosa de lanzarnos acusaciones mutuas, sino de ver quiénes están detrás de esos choques entre nuestros dos países. Y denunciar, claro y raspado, como se dice en buen lenguaje criollo, a sus instigadores.

Con esta visión, se llega a la comprensión de lo que sucede, y es que en ambos países, en el seno de sus gobiernos, de eso que llaman ahora “alto gobierno”, tiene que haber unos cuantos agentes enemigos infiltrados. Esa es una técnica que los imperialistas yanquis -herederos también en esto de sus progenitores ingleses, creadores del célebre aparato llamado “intelligence service”- están aplicando por acá en su patio trasero y con evidente éxito.

Tal aparato, bautizado como la CIA, apoyado también en toda clase de organismos “inocentes” de supuesta cooperación, tiene hoy como una prioridad gestar un cambio en Venezuela al gusto de Washington. Como saben que eso no lo podrán lograr ni por las buenas ni tampoco por las malas, puesto que tales cosas ya lo trataron de hacer, han apelado al sutil método de la infiltración en las más altas esferas.

Sin caer ahora nosotros en una suicida “cacería de brujas”, y conociendo lo sucedido en otros países con situaciones similares, esta es la deducción lógica y realista. Si aplicamos tal análisis al caso del increíble error –tremenda metida de pata, decimos aquí- que acaba de cometer el gobierno venezolano, sin explicación oficial alguna, que yo conozca, al expulsar en unas 48 horas apenas, como un deportado, y ponerlo en manos nada menos que de la peligrosísima policía colombiana, a un periodista de nombre Joaquín Pérez Becerra.

Un periodista que venía de Suecia, donde se ha dicho que vive con su familia desde hace unos veinte años, y tiene doble nacionalidad ya que es ahora sueco-colombiano.

Las lógicas protestas han llovido sobre el gobierno venezolano desde los más diversos sectores, empezando con la delPartido Comunista de Venezuela, y provienen del mundo entero. Eso es lo cierto, y ahora el gobierno venezolano no sabe qué decir.

Por lo tanto, me permito aquí hacerle una recomendación, y es sólo que en este Primero de Mayo sería un magnífico gesto para nuestro pueblo proceder ahora mismo con una buena poda en los predios del “alto gobierno”.

Algo así también lo inventaron los ingleses, y lo explican ellos de un modo muy simple, como “una reconducción del gabinete”, dejando así a salvo al conductor principal, que ellos llaman primer ministro.

P.S.- Desde hace un par de estas OPTICAS, estoy en deuda con mi buen amigo Emiro García Rosas, quien con una generosa dedicatoria personal me envió un ejemplar de un importante libro, titulado “Manual de Etica Socialista Bolivariana”, que comprende trabajos suyos y de otros autores. De una vez, digo que recomiendo mucho la lectura de esta obra, a la que luego dedicaré un comentario.--

*Jerónimo Carrera

1 comentario:

  1. El comunicador Joaquín Pérez Becerra, director de la Agencia de Noticias Nueva Colombia (ANNCOL), ciudadano sueco y ex refugiado con estatuto por ser sobreviviente del genocidio de la "Unión Patriótica" colombiana, por lo que tuvo que huir de Colombia hace dos décadas, fue detenido en el aeropuerto de Caracas el sábado 23 de abril y entregado dos días después al Estado que casi acabó con su vida y asesinó a su esposa y a más de cuatro mil de sus compañeros, militantes, candidatos y cargos electos de este partido de izquierdas.

    Ninguna "razón (o conveniencia) de Estado" justifica este comportamiento rastrero, cobarde e ignominioso que ha protagonizado el Gobierno de la República bolivariana. Eso, salvo que entendamos que el "Estado" es una especie de Ente con intereses y vida propios, situado por encima de los principios y de la ideología (por encima de las Clases); de tal suerte que, siendo el "Estado" un ente autónomo, su comportamiento como tal no tiene por qué diferir, en función del color político de quien ostenta el Gobierno: mala política esa la de llenarse la boca de grandes palabras como Socialismo del Siglo XXI, democracia, respeto a los derechos humanos, etc... para, a las primeras de cambio, entregar a un Estado que practica el terrorismo social contra su pueblo, a un luchador revolucionario, que tuvo que huir de allí hace 20 años para salvar su propio pellejo (tras haber visto aniquilados a sus amigos y a su propia esposa por las bandas paramilitares que abortaron una experiencia democrático-electoral de izquierdas como fue la Unión Patriótica).

    La República Bolivariana de Venezuela ha salido bien pringada, con todo este asunto: ha perdido muchos puntos en su nivel de simpatía entre la izquierda internacional y no creo equivocarme si afirmo que no ha ganado ni un átomo de respeto de la derecha (interna y externa).

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