sábado, 13 de noviembre de 2010

Sahara ocupado: fosas comunes, centenares de muertos y desaparecidos, y métodos nazis*

Cadáveres de saharauis trasladados en camionetas
El Aaiún sigue bajo el toque de queda impuesto por la monarquía marroquí, con registros casa por casa, cuyo objetivo parece ser encontrar y detener a los líderes saharauis del comité de coordinación del desmantelado campamento de Gdem Izik, contra los que se ha dictado una orden de busca y captura.

Mientras localizan a estos líderes, las fuerzas de seguridad marroquíes siguen deteniendo de forma indiscriminada a los jóvenes saharauis que van hallando a su paso. El barrio Fateh es donde se ha producido el mayor número de detenciones de jóvenes. 


Centenares de saharauis han sido detenidos y están siendo torturados. A los arrestados se les exige, a cambio de su libertad, que firmen un documento en el que reconocen la falsa relación de algunos activistas saharauis de derechos humanos con grupos terroristas.

La desesperación de muchos saharauis por conocer la suerte que han corrido sus seres queridos les ha llevado a intentar atacar los centros de detención. El martes por la noche se oyó una gran explosión en el barrio Lahchaicha debido a que familiares de los presos atacaron con bombonas de gas el Cuartel Militar Ould Mailid para conocer el estado en que se encontraban los detenidos. Lo mismo ocurrió en la Cárcel Negra de El Aaiún, donde también se manifestaron y fueron reprimidos violentamente por militares y policías que inmediatamente reforzaron la seguridad alrededor de la cárcel.

En el campamento quedan cadáveres y heridos, pero no hay manera de acercarse. Fuentes saharauis informan que hay 25 muertos en los pozos del campamento y muchísimos cuerpos quemados, lo que explica por qué la tarde del martes se podía ver una humareda en la zona de Saghia el Hamra.

DENUNCIA DESDE EL AAIÚN

Silvia García, activista pro derechos humanos canaria que se encuentra en El Aaiún, ha denunciado en Radio San Borondón la imposición de la política del terror en la capital del Sahara ocupado por parte de policías y colonos armados e indicó que la brutalidad de las fuerzas monárquicas y los colonos paramilitares no tiene límites, ensañándose con los más débiles, especialmente con los niños, en lo que supone una auténtica salvajada y masacre que demuestra que el régimen marroquí quiere acabar con los saharauis.

La activista canaria señaló que desde el pasado lunes, tras el asalto por parte del ejército al campamento de Gdeim Izik, apenas ha podido salir de su vivienda por motivos de seguridad y advierte que las informaciones que circulan por la ciudad son terribles, ya que hablamos de un gran número de muertos, no sólo hombres a los que especialmente estaban represaliando los marroquíes, sino que se han encontrado este miércoles los cadáveres de 18 mujeres.

Explicó que el acceso al campamento de la Dignidad está completamente prohibido para los saharauis, allí sólo pueden ir miembros de las fuerzas represoras, pero se sabe que donde estaba ubicado se han encontrado fosas comunes con un gran número de cadáveres de civiles asesinados sin la más mínima oportunidad de defensa.

La activista advierte que no han cesado en El Aaiún los asaltos a las casas y tiendas de los saharauis, llevándose sobre todo a los hombres y jóvenes, que pasan a engrosar la lista de saharauis desaparecidos y explica que la ONG con la que trabaja está realizando la labor de recopilar los nombres de los ciudadanos que se encuentran tanto desaparecidos como muertos, listado que se puede encontrar en la web territoriosocupadosminutoaminuto.blogspot.comSilvia García subrayó que la intifada no cesa, los policías y colonos recorren la ciudad y casa por casa secuestran a ciudadanos que nunca más aparecen, y que están muriendo muchos saharauis ante la brutal represión de Marruecos.

Denuncia que presenció cómo los policías marroquíes apresaban a muchos de sus amigos y los encerraban en un cuarto, donde fueron rodeados por las fuerzas auxiliares, para posteriormente coger uno a uno y apalizarlos entre una treintena de efectivos hasta que no se tenían en pie, para luego meterlos en un camión y desaparecerlos.

MÉTODOS NAZIS

Al estilo del régimen hitleriano, la monarquía marroquí impuso el pasado martes, la diferenciación racial en la vestimenta. Los colonos marroquíes caminan por las calles con cachuchas blancas que distribuye la policía en los centros neurálgicos de la sociedad, mientras que a los saharauis autóctonos se les exige que sus rostros sean visibles si se ven obligados a salir de sus casas.

A la hora del reparto de gorras, los agentes exigen el documento de identidad. Sólo a los que acreditan su procedencia marroquí se les asigna el distintivo. La seña de identidad diferencia por vez primera, desde 1975, quién es saharaui y quién es marroquí.

DETENCIONES Y TORTURAS

El régimen marroquí ha acuartelado y está utilizando como centros de detención y torturas, además de los ya conocidos, las escuelas de Murabitin, Mansur Dahbi, Jerilla y Lamsala, sirviendo como centros secretos, como en tiempo lo fueron los Centros de Kal-al Magouna o Agdes, prácticas demasiado conocidas por la población saharaui.

Según fuentes de los territorios ocupados contrastadas, dada la magnitud de las detenciones y los intentos de liberar a los detenidos, las tropas de la monarquía están trasladando a grupos de detenidos al interior de Marruecos, ocultando además la posibilidad del control internacional.

CRÓNICA DE UN ASESINATO

Asesinado en El Aaiun, el ciudadano español Baby Hamday Buyema, casado y padre de 2 hijos de corta edad: el niño Saad de 4 años y Aya, una niña de 2.

El ciudadano español nacido en El Aaiun, (capital de la provincia 53 española), el día 13 de febrero de 1975 y con DNI número 94.307.758-J, fue asesinado en la mañana del día 8, por policías del cuerpo especial (GUS, creado ex profeso para el Sahara Occidental).

El relato de los hechos es el siguiente, según la propia familia del fallecido: viajaba en una guagua procedente de la Empresa de fosfatos que expolia los recursos naturales del Sahara, Foss Bucraa, donde trabajaba como ingeniero eléctrico, cuando fue interceptado en las calles de El Aaiun por policías de los GUS.

Siendo el único ciudadano saharaui que se encontraba en la guagua, fue obligado a bajar y con una extrema violencia fue atropellado brutalmente con unos de los furgones de la policía, pasando varias veces dicho vehículo por encima de su cuerpo cuando se encontraba tendido. La agresión acabó con su vida.

Una vez consumado el asesinato, procedieron a saquear primero y a quemar después el vehículo de su propiedad Mercedes 190, matrícula de Alemania, donde se encontraba su documentación.

*Fuente: PRCC

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