martes, 16 de noviembre de 2010

El Sahara: entre el exilio y la represión*

En Canarias, tradicionalmente y por evidentes razones históricas y geográficas, hemos mantenido un fuerte sentimiento de simpatía y solidaridad hacia el pueblo saharaui y las Asociaciones de Amistad y las de Apoyo a su causa proliferan en todas las islas. En principio, y por el hecho de depender de la misma metrópoli colonial, en cualquier manifestación popular nacionalista o de trabajadores canarios los lemas del tipo “Canarias y Sahara, dos pueblos y la misma lucha”, no solo eran comunes sino lógicos. Incluso Radio Argel era compartida por “La Voz de Canarias Libre” y la de “Radio Sahara Libre”. Hoy, cuando la dinámica histórica de ambos ha evolucionado por distintos derroteros y cuando la potencia dominadora ocupante del territorio es diferente –España y Marruecos- la praxis de la lucha impone sus condicionantes diferenciando métodos, objetivos e, incluso, enemigos y aliados.


El F.Polisario hace tiempo que así lo ha entendido. Saben que la lucha del independentismo canario no es la suya y que lo que era entonces su metrópoli colonial, y por lo mismo el enemigo, hipotéticamente puede ser ahora un apoyo potencial frente a su nuevo adversario, la monarquía alauí, pero para nosotros el adversario no ha variado, sigue siendo el estado construido sobre la monarquía borbónica. Ellos han creado una estructura de estado, la RASD, con todas sus prerrogativas en las zonas no ocupadas del Sáhara Occidental y en los campamentos de refugiados que la solidaridad argelina ha permitido en la zona fronteriza de Tinduf, aunque una parte del pueblo saharaui permanece en las zonas ocupadas por Marruecos. Mientras, en Canarias, con el apoyo indispensable de la oligarquía isleña y de una buena parte de nuestra burguesía, se mantiene íntegramente el dominio colonial español disfrazado de “Autonomía” bajo el gobierno subsidiario de organizaciones políticas que se autotitulan de “nacionalistas canarios” y el independentismo no ha logrado un avance significativo con fuerza suficiente para romper esa situación de dependencia. Paralelamente, también Marruecos cuenta en el Sáhara Occidental con el sostén de una cierta burguesía nativa comprada de idéntica forma a lo que sucede en nuestra patria, y busca para el territorio saharaui una salida “Autonómica” similar a la que España mantiene en Canarias.

Si hemos llegado a la incongruencia de que destacados miembros de esas fuerzas políticas pseudonacionalistas canarias apoyen sin reservas la autodeterminación del Sahara Occidental –incluso a veces con evidente riesgo personal como es el caso, por ejemplo, de Carmelo Ramírez- mientras niegan el ejercicio de ese derecho para su propio país, ¿cómo vamos a extrañarnos que cargos del F.Polisario, con un pragmatismo político del que nosotros carecemos, acepten como legal y válida la condición colonial de Canarias para no enfrentarse a su antigua metrópoli de la que mendigan en vano constantemente apoyo? Si saben que tienen el apoyo mayoritario de la población española –el Gobierno español, también por puro oportunismo, es otra historia- ¿porqué no afirmar que para el F.Polisario “Ceuta y Melilla es un conflicto que deben solucionar España y Marruecos . No estamos de parte de ninguno” y apostar por “la unidad de España” diciendo que por supuesto. Nos interesa que España esté bien, unida y desarrollada. A fin de cuentas somos vecinos de España y tenemos una cultura española muy arraigada. Nos gusta España tal y como es" como acaba de declarar la pasada semana en Tenerife el delegado del F.Polisario, Hamdi Mansur al digital “20 minutos”? Es solo otra muestra del pragmatismo del F.Polisario y de nuestra debilidad orgánica para exigir reciprocidad revolucionaria en el trato, sobre todo cuando desde el independentismo canario siempre se ha mantenido como principio ético el derecho de los pueblos diferenciados a su independencia, sea el canario, sea el saharaui, salvando eso sí a exiguas minorías, que también actúan con supuesto pragmatismo, en una táctica política a mi juicio totalmente errónea de apoyo a las tesis neocoloniales de Marruecos, en un comportamiento que no se diferencia gran cosa del que mantiene el F.Polisario respecto a Canarias.

Ahora, tras el brutal desmantelamiento y saqueo del campamento Gdeim Izik de casi 20.000 refugiados en las afueras de Aaiún, actuación que, increíblemente, los medios oficiales marroquíes tratan de justificar como “liberación de civiles retenidos por delincuentes”   y la posterior represión desatada en el territorio ocupado, cuyo alcance y magnitud nadie puede saber por el absoluto bloqueo de Marruecos a cualquier prensa que no sea la oficial marroquí y la absoluta indiferencia, cuando no complicidad, de los gobiernos occidentales y la inexistencia práctica de la MINURSO supuestamente puesta por la ONU en Aaiún para verificar y garantizar el alto el fuego entre la RASD y Marruecos, queda clara la absoluta desprotección de la población civil del Sáhara Occidental y el desprecio a los Derechos Humanos que se practica en el territorio saharaui. Ni España, ni mucho menos otros aliados reales de Marruecos como Francia o USA tienen la más mínima intención de intervenir en defensa de una población civil agredida de la que  ni siquiera conocemos el número de muertos o heridos.

El único resultado claro que a esta fecha tenemos de los sucesos del Sáhara, además de 35 años de exilio de todo un pueblo, es el anuncio marroquí de que 6 civiles saharauis, entre ellos el intelectual Ennaama Asfari, serán juzgados por un Tribunal Militar de Rabat por “constitución de bandas criminales” y un centenar más por tribunales penales, además de la existencia de más de 200 detenidos en las cárceles marroquíes. ¿Nos acordamos de los tribunales franquistas? ¿Recordamos lo que fue la represión fascista en la Canarias del 36 al 40? En Sáhara puede estarse viviendo la misma experiencia.

Esta vez no se trata, a mi modo de ver, de prestar un apoyo al F.Polisario que, en legítima reciprocidad, no puede pedirnos. Se trata de defender el más elemental derecho de un pueblo a la vida y a la libertad personal y colectiva y en esa tarea, éticamente, la Izquierda Nacional Canaria no debe estar ausente.

Canarias a 16 de noviembre de 2010

*Francisco Javier González

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