miércoles, 17 de noviembre de 2010

Sahara Occidental: Marruecos culpable, España responsable*

Los que pasamos de los cincuenta, hemos vivido como propia la historia de la lucha por su liberación del pueblo saharaui, por ello cuándo en estos días participamos en manifestaciones y concentraciones y gritamos “Marruecos culpable, España responsable”, sabemos bien de lo que hablamos. Sin embargo, no esta tan claro que esa memoria histórica se haya mantenido entre la juventud de Canarias; pese a mantener ese lazo invisible de solidaridad que une a los pueblos cercanos, pese a haber crecido verano a verano con los niños saharauis llegados de los campamentos de Tinduf, desconocen, en gran medida, el hilo de la historia que va de 1884 hasta nuestros días...

 
En esa fecha, exactamente el 15 de noviembre, dio comienzo la denominada Conferencia de Berlín, con la asistencia de 13 Estados europeos, ningún país africano estaba representado. En la misma los participantes dividieron, en función de sus intereses, el Continente africano repartiéndoselo entre ellos. Comenzó así la historia de la colonización del Sahara Occidental. Inicialmente el Estado español reclamo los territorios comprendidos entre Cabo Bojador y Cabo Blanco, pero sus ansias colonialistas no acabaron ahí y siguió ocupando territorios saharauis hacia el norte hasta llegar a Cabo Jubi, limite que quedo definitivamente fijado en acuerdos internacionales con Francia en 1920. Así el conjunto del territorio de Saguia el Hanra y Rio de Oro, es decir los que históricamente habían pertenecido a las distintas tribus saharauis, quedaron definitivamente bajo dominio español. Tras el descubrimiento en 1949 en la zona de Bucraa de los yacimientos de fosfatos más grandes del mundo, la dictadura franquista unió los dos territorios en la denominada provincia del Sahara Español.


En el marco de los procesos de descolonización del continente Africano, la Organización de las Naciones Unidas recomienda, en 1967, la descolonización de este territorio, para entonces Marruecos, que había accedido a la independencia diez años antes, reivindica la soberanía sobre el mismo, en función de supuestos derechos históricos, y con el argumento de la reconstrucción de un Gran Marruecos, que en algún momento del siglo XVI, estableció un imperio desde el Mediterráneo hasta Tombuctú. 
Sin duda, Marruecos hace referencia a las conquistas territoriales de la dinastía Saadiana, que gobernó ese país de 1554 a 1664. Su monarca más esplendoroso, Ahmed Al Mansur, reino entre 1578 y 1603, y, entre otras cosas, extendió las fronteras de su imperio hasta Gaos en Malí, ciudad que conquisto en 1591, en busca del denominado oro sudanés. Este imperio entro rápidamente en decadencia y tras la muerte de Al Mansur, desapareció.


La argumentación marroquí no es más que una falacia por varias razones. En primer lugar, Marruecos conoce, tanto la filosofía de la denominada Carta del Atlántico como las resoluciones de la Organización para la Unidad Africana (OUA), acerca del manteamiento de las fronteras africanas existentes en el momento de los procesos de descolonización. En segundo lugar, las distintas manifestaciones tanto de la Asamblea General de las Naciones Unidas como del Tribunal Internacional de Justicia de la Haya, en sus distintas resoluciones, son en el sentido indicado, añadiendo, además, que en el momento de colonización por Europa del territorio del Sahara Occidental no existía dependencia alguna entre sus habitantes y el sultanato de Marruecos. Y en último lugar, hablamos de un supuesto imperio que, como todos, se construyo a base de sangre y conquista, y duro menos de quince años, hace, nada menos, que cinco siglos. Todas y todos sabemos que Berlusconi está un poco ido pero ni a él se le ocurriría reivindicar la mitad de Europa y el norte de África por el hecho de que, alguna vez, estuvo ocupado por el Imperio Romano. O, sin ir más lejos, ¿nos parecería admisible que España decidiera ocupar Cuba o el Rif, porque en algún momento formo parte de su imperio?. Personalmente creo que cualquier pueblo que desee ser el protagonista de su propia historia tiene derecho a serlo. 


No es la primera vez que el pueblo saharaui sufre brutales represiones por las fuerzas ocupantes de su territorio. En 1968 se fundó el Movimiento de Liberación de Saguia el Hamra y Río de Oro bajo el liderazgo de Sidi Brahim Bassiri. Cuándo el el 17 de junio de 1970 este Movimiento convoca una jornada de movilización en la ciudad El Aaiún, la represión de las fuerzas españolas fue brutal, saldándose con más de 40 muertos y cientos de detenidos, entre ellos el dirigente de la protesta, Bassiri, nunca más se supo de él. Repasando estos hechos históricos nada nos debería extrañar la comprensión del gobierno español con el marroquí, habida cuenta de que ambos han utilizado los mismos métodos para acallar la voz del pueblo saharaui; esto es, la represión, el asesinato y las desapariciones.


Tres años después, el 10 de mayo de 1973, fue creado el Frente Popular para la Liberación de Saguia el Hamra y Río de Oro, Frente Polisario, dicen, no sé si es histórico o forma parte de la leyenda, que en sus primeras acciones armadas contaba con 17 combatientes y cinco armas. Durante varios meses se produjeron enfrentamientos armados entre el Frente Polisario y las fuerzas españolas. En 1974 España anunció que en la primavera del año siguiente sometería a referéndum al pueblo saharaui su futuro. Ante las pretensiones de Marruecos y Mauritania de anexionarse el territorio del Sahara se somete la cuestión al Tribunal Internacional de Justicia de La Haya. En septiembre de 1975, éste emitió el dictamen que, aunque no clarifica que es lo que debe hacerse, deja bien claro que las aspiraciones de Mauritania y Marruecos no se ajustan al derecho internacional.


A mitad de octubre de ese mismo año, el rey Hassán II de Marruecos comienza a organizar la llamada Marcha Verde en tanto que el Gobierno español organiza la Operación Golondrina para evacuar a ciudadanía española del territorio. El 6 de noviembre de 1975, unos 300.000 marroquíes, pagados por su gobierno, concentrados en la ciudad marroquí de Tarfaya, cerca de la frontera, se internan en el Sahara Occidental. Unos días antes, tropas marroquíes habían cruzado la frontera noroeste, sin que la administración española hiciera nada, encontrándose como única resistencia a las fuerzas del Polisario. El 14 de noviembre, Marruecos, Mauritania y España firman los llamados Acuerdos Tripartitos de Madrid.


Es importante detenerse en estos acuerdos porque son ellos los que dan origen a la situación actual. Su nombre oficial es “Declaración de principios entre España, Marruecos y Mauritania sobre el Sahara Occidental”, consta de una declaración política y varios anexos secretos, tan secretos que a día de hoy, aún no se puede acceder a algunos de ellos (se transcribe como anexo a este articulo el literal de la declaración política).


En la declaración política, España transfiere la administración del Sahara Occidental , digo administración que no soberanía, a una administración temporal tripartita compuesta por España, Marruecos y Mauritania, comprometiéndose la primera a abandonar definitivamente los territorios el 28 de febrero de 1976. En los acuerdos económicos se cede el 65% de la empresa Fobucras a la administración marroquí y a cambio la española se reserva el derecho durante 20 años a la explotación del banco pesquero sahariano con 800 barcos (esta parte del acuerdo fue incumplida por Marruecos). A los acuerdos se opone Argelia y el Frente Polisario que ve como los recursos naturales de su pueblo se los reparten entre otros. Las Naciones Unidas nunca reconocieron la validez jurídica de los mismos, a día de hoy el Sahara Occidental sigue figurando en su lista de territorios pendientes de descolonizar.


En un dictamen emitido el 29 de enero de 2002 sobre la legalidad de los acuerdos petrolíferos firmados por Marruecos por Han Corell, asesor jurídico de las Naciones Unidas, se vuelve a cuestionar la validez, para el derecho internacional, de los Acuerdos de Madrid.


Entre noviembre del 75 y febrero del 76, las tropas marroquíes y mauritanas van tomando posiciones en el territorio y la población saharaui abandonando las ciudades y estableciendo campamentos en el desierto. Estos campamentos serán bombardeados (parece que la historia se repite) por el ejército marroquí, finalmente los y las saharauis inician una diáspora hacia el centro del infierno, Tinduf, donde establecen un campamento de refugiados. Las personas que no pudieron huir viven, hasta ahora en las ciudades de los territorios ocupados como Smara o el Aaiún, rodeadas de policías, soldados y colonos marroquíes.


En la noche del 26 de febrero de 1976, cuando los últimos soldados españoles abandonan el Sahara, el Frente Polisario, erguido en voz organizada de su pueblo, proclama la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) hoy reconocida por 80 países. El 14 de abril, al margen de toda legalidad internacional, Mauritania y Marruecos firman en Rabat un acuerdo a través del cual se repartían el país: los dos tercios más al norte para Marruecos y el tercio restante para Mauritania. Tras estos acuerdos para la distribución de los 282.000 Km2 del territorio que históricamente había pertenecido a las tribus saharauis, subyacía el reparto de algo que les interesaba infinitamente más que un trozo de desierto, los yacimientos de fosfato más importantes del mundo,las bolsas de gas, un fabuloso banco pesquero y la posibilidad, posteriormente confirmada, de la existencia de petróleo en el mismo.

 
Desde el momento de la ocupación por Mauritania y Marruecos, el Sahara Occidental fue un territorio en situación bélica, una guerra desigual que el Frente Polisario mantuvo por dictado de su pueblo y con inmensos sacrificios del mismo. En 1979, Mauritania, tras un inmenso desgaste, firma la paz con el Frente Polisario y renuncia a sus pretensiones sobre el territorio. Marruecos comenzó en 1980 la construcción de un muro militar que separa dos tercios del territorio saharaui (los ocupados por marruecos) de los territorios liberados por el Frente Polisario, finalizado aproximadamente diez años después, está constituido por un complejo de ocho muros con una longitud total de 2.720 Kilometros, entre los que se hallan búnkeres, vallas y campos de minas que son arrastradas por el desierto y que han provocado miles de víctimas civiles, muertes, amputaciones, vidas truncadas para siempre. La zona entorno al mismo es, hoy por hoy, la zona con más minas antipersonas del mundo. Lejos de los argumentos defensivos esgrimidos por Marruecos su único objetivo es mantener al pueblo saharaui alejado de las riquezas que por derecho propio le corresponde.

 
En 1991 se firma un alto el fuego entre las partes auspiciado por la Organización de Naciones Unidas, que se responsabilizó de buscar una salida pacífica
; los cascos azules tomaron posiciones en las principales ciudades en una operación denominada Misión para el Referéndum en el Sahara Occidental (MINURSO), curiosamente la MINURSO debe velar por el cumplimiento del alto el fuego pero debe hacer oídos sordos y ojos ciegos a la violación sistemática de los derechos humanos de la población saharaui por parte de Marruecos. Como señalan varias fuentes, es la única misión de paz contemporánea de las Naciones Unidas sin mandato para vigilar el cumplimiento de los mismos, y ello gracias a la oposición de Francia y a la dejación de España. Los cascos azules debían permanecer durante un año, en febrero del 92 debía celebrarse el referéndum de autodeterminación, pero una vez más las aspiraciones del pueblo saharaui se vieron frustradas.

Luego vino el denominado Plan Beker que no satisfacía al completo las aspiraciones del pueblo saharaui y tampoco las del estado ocupante, sin embargo el Frente Polisario, haciendo gala una vez más de su deseo de paz, acepto las condiciones, Marruecos las rechazó.

 
El Parlamento Europeo emitió en el 2009 un informe en el que advertía del incumplimiento sistemático de los derechos humanos en los territorios ocupados, sin embargo y, pese a que, Marruecos no ha cambiado su tónica de actuación, las condiciones de vida del pueblo saharaui se siguen deteriorando, a los observadores internacionales se les impide desembarcar, la prensa extranjera es demonizada, los y las jóvenes saharauis siguen desapareciendo, la Unión Europea no hace absolutamente nada. Los intereses económicos pesan más que los derechos humanos.

 
En este contexto se instala a unos 15 km. del Aaiún el campamento Gdeim Izik, conocido internacionalmente como campamento de la dignidad. Se comenzó a levantar el 9 de octubre del presente año. Bajo las reivindicaciones de viviendas dignas, empleo y seguridad para la población saharaui subyacía el deseo de este pueblo de disfrutar de los recursos naturales que legítimamente les pertenecen. Estas formas pacíficas, que en tantas ocasiones han utilizados los y las militantes de los derechos humanos en el Sahara, descolocando al gobierno de Marruecos que no entiende otro lenguaje que el de la fuerza. Consecuente con esta política inmediatamente el ejército y la policía rodean el campamento, controlan sus entradas y salidas; se abortan los intentos de entrar en el mismo agua potable, comida y medicamentos; se impide, una vez más, la entrada de observadores internacionales y de la prensa... Marruecos intenta hacernos creer que el campamento no existe, es sólo un espejismo del desierto. En la entrada del campamento se producen enfrentamientos entre quienes intentan acceder al mismo, por una lado, y policía y ejército marroquíes que lo impiden, del otro. Uno de ellos se salda con la muerte, por herida de bala, de un niño de 14 años de manos de las fuerzas marroquíes. Las imágenes nos traen a la mente otras tantas del pueblo palestino, niños desarmados contra armamento pesado.


En la noche del 8 de noviembre se produce el asalto al campamento, las jaimas son quemadas, la población disuelta con gases lacrimógenos, chorros de agua caliente y armas de fuego. En la ciudad del Aaiúm comienza la III Intifada saharaui, las manifestaciones en las calles se suceden, ondean banderas de la RASD en la Avda. de Smara y la represión también se recrudece, se asaltan las casas y comercios de los y las saharauis, se detiene y tortura indiscriminadamente, se decreta el toque de queda; los territorios se cierran a cal y canto para la prensa, las ONGs, las representaciones parlamentarias. Marruecos no quiere testigos. Y la comunidad Internacional, una vez más, calla.

 
Cuándo, finalmente, el gobierno español habla lo hace sacando del desván el más rancio y caduco espíritu colonial, primero España, después España y finalmente España. Los supuestos intereses de España deben estar por encima de cualquier otra consideración, ha dicho el presidente del Gobierno de Madrid, como hace quinientos años hicieron con los pueblos indígenas de Latinoamérica y con Canarias, primero los beneficios económicos y luego sus vidas.

 
Es importante recordar que la Unión Europea y, especialmente el Gobierno español, quiere que Marruecos sea su gendarme en la frontera sur y para ello necesita un Marruecos armado y bien pagado, ya sea a través de los Fondos Europeos, del establecimiento de acuerdos preferenciales como país tercero, de acuerdos de pesca aunque las aguas no le pertenezcan, de acuerdos para la vigilancia de las fronteras (aunque la misma se realice enviando a morir al desierto a cientos de inmigrantes subsaharianos); o bien sea, a través de fondos estatales como los del Plan África, la ayuda a la cooperación ; o a través de fondos en manos de empresas privadas como los de la Reserva de Inversiones de Canarias. Da igual, hay que pagar y se paga. Ciertamente quien dispara a civiles desarmados sólo puede ser calificado de asesino, pero, ¿como se debe llamar a quien paga y arma a los asesinos?.


Según datos oficiales, en los últimos tres años, España ha vendido a Marruecos más de 340 millones de euros en armamento de todo tipo, el mismo armamento con el que se dispara al pueblo saharaui en los territoritos ocupados. Sin embargo desde el partido en el gobierno de Madrid se sigue defendiendo esa política, hoy mismo en el parlamento Español, “El portavoz de Defensa del Grupo Socialista en el Congreso, Jesús Cuadrado, ha defendido la venta de armamento a Marruecos y ha arremetido contra el diputado de IU, Gaspar Llamazares, por sus críticas a este comercio, asegurando que si el Reino alauí careciera de capacidades militares sería "un desastre para las necesidades de seguridad" de España.” (Noticia de la agencia Efe).


Lo que está sucediendo en los territorios ocupados y, especialmente, en el Aaiún con la población saharaui, tiene todas las características de un intento de genocidio. Aislamiento e identificación física de las poblaciones que viven en un mismo territorio, alentar a los colonos para el saqueo a las viviendas y negocios saharauis, detenciones y desapariciones indiscriminadas, torturas y asesinatos, especial ensañamiento con los jóvenes, y todo ello tapando los ojos a la comunidad internacional, sin prensa ni testigos.


De este intento de genocidio Marruecos es culpable pero España es responsable. Es responsable por no haber culminado, tal como se había comprometido el proceso de descolonización del Sahara Occidental, traicionado al pueblo saharaui y desoyendo las resoluciones de las Naciones Unidas. Es responsable por seguir pactando la esquilmación de recursos naturales que no le pertenecen ni a ella ni a su contra parte. Es responsable por seguir armando a un estado dictatorial y agresivo con el pueblo saharaui y con su propia población. Es responsable por mirar para otra parte. Es responsable por considerar que el interés de España es el bien supremo de la humanidad, por encima del respeto a los derechos humanos. Claro que el Gobierno español sólo representa a una parte minoritaria de la población del estado español, y como ya sucedió con la guerra de Irak, ellos van por un lado, nosotros, los pueblos del Estado, vamos por otro. Su lado, Sr. Zapatero es el la defensa de los intereses de España, de sus multinacionales (es mejor clarificar para entendernos todos y todas), de sus empresarios, de su minoría; el nuestro es el de la defensa de los Derechos Humanos, el de la solidaridad entre los pueblos. Ambos estamos alineados: usted con la explotación colonial, nosotros y nosotras con el pueblo saharaui. 


Si quiere mirar para otro lado, hágalo, pero no en nuestro nombre. 

ANEXO:



Declaración Política de los Acuerdos de Madrid:

 
"En Madrid, a 14 de noviembre de 1975 y reunidas las delegaciones que legítimamente representan a los Gobiernos de España, Marruecos y Mauritania, se manifiestan de acuerdo en orden a los siguientes principios:

 
1º) España ratifica su resolución -reiteradamente manifestada ante la ONU- de descolonizar el territorio del Sahara occidental poniendo término a las responsabilidades y poderes que tiene sobre dicho territorio como Potencia Administradora.

2º) De conformidad con la anterior determinación y de acuerdo con las negociaciones propugnadas por las Naciones Unidas con las partes afectadas, España procederá de inmediato a instituir una Administración temporal en el territorio en la que participarán Marruecos y Mauritania en colaboración con la Yemaá y a la cual serán transmitidas las responsabilidades y poderes a que se refiere el párrafo anterior. En su consecuencia, se acuerda designar a dos Gobernadores Adjuntos, a propuesta de Marruecos y Mauritania, a fin de que auxilien en sus funciones al Gobernador General del territorio. La terminación de la presencia española en el territorio se llevará a efecto definitivamente, antes del 28 de febrero de 1976.
 
3º) Será respetada la opinión de la población saharaui, expresada a través de la Yemaá.

4º) Los tres países informarán al Secretario General de las Naciones Unidas de lo establecido en el presente documento como resultado de las negociaciones celebradas de conformidad con el artículo 33 de la Carta de las Naciones Unidas.

5º) Los tres países intervinientes declaran haber llegado a las anteriores conclusiones con el mejor espíritu de comprensión, hermandad y respeto a los principios de la Carta de las Naciones Unidas, y como la mejor contribución al mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales.
 
6º) Este documento entrará en vigor el mismo día en que se publique en el Boletín Oficial del Estado la "Ley de Descolonización del Sahara", que autoriza al Gobierno español para adquirir los compromisos que condicionalmente se contienen en este documento. 

CARLOS ARIAS NAVARRO 
AHMED OSMAN 
HAMDI MOUKNASS"


*Lucy Rodríguez Gangura.

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