miércoles, 10 de noviembre de 2010

Sahara: las fuerzas de ocupación instigan a los colonos a saquear casas de saharauis


La calma en El Aaiún, la capital saharaui, duró bien poco, apenas unas horas en la madrugada de ayer, después de que los soldados marroquíes tomaran la ciudad e impusieran un toque de queda que entró en vigor a las diez de la noche del lunes, el día que fue testigo de cómo las fuerzas de seguridad arrasaban el Campamento Dignidad, en el que 20.000 saharauis pedían trabajo y vivienda.

Durante toda la noche, furgonetas del ejército marroquí bloquearon las calles y al menos un helicóptero militar sobrevoló la ciudad.
Mientras el prefecto de policía de El Aaiún, Mohamed Djisi, se felicitaba ayer por la mañana de que la situación era "estable y normal", fuentes saharauis señalaban que los enfrentamientos proseguían en los barrios de Al Auda, Al Amal y Al Wifaq.
A las diez de la mañana, la población había tomado de nuevo la calle y, una hora más tarde, en los barrios de Matalla y del aeropuerto, se libraban combates entre civiles saharauis y colonos marroquíes, estos protegidos por el ejército de Marruecos.
El Frente Polisario informó ayer del hallazgo de los cuerpos de ocho sarahauis, entre ellos un niño de 7 años. La muerte del pequeño, que vivía en el barrio de Duerat, "es el resultado de la violencia con la que actúan las milicias de colonos dirigidas por la policía y las agresiones que ejecutan tras los allanamientos de morada", informó un comunicado del Ministerio de Territorios Ocupados de la RASD.
Según el activista de la organización Resistencia Saharaui Antonio Velázquez, que fue testigo de un saqueo, los colonos marroquíes desempeñan un papel muy importante en estos ataques violentos porque "están entrando en las casas de los saharauis incitados por la policía marroquí". Velázquez relató que algunos de estos marroquíes "se metieron [en una casa] con cuchillos y piedras y, afortunadamente, no pasaron del primer salón, pero sí han entrado en todas las habitaciones".

Aislada y sin periodistas


Una de las casas de saharauis expoliada es la de Ahel Abba Hach. La policía entró en ella el lunes por la tarde, ató con cuerdas a todos los presentes y detuvo a su hijo. Se trata de un segundo piso en una vivienda familiar, en la que se encontraban los padres, dos hijas, dos hijos y una nieta de 2 años. El padre de la niña, ausente en esos momentos, relató a este periódico que su hija "estaba aterrorizada" y que "no pudo dormir en toda la noche".
La capital del Sáhara vive en estado de sitio y muchos negocios están quemados. La ciudad sigue aislada y ayer la aerolínea marroquí RAM volvió a impedir a trece periodistas de diversos medios canarios, españoles y uno francés viajar a El Aaiún. "Se respira mucha tensión aquí en la ciudad. Hay un caos durante las intifadas", resume Velázquez.
Todo hace pensar que los enfrentamientos seguirán, porque hay muchos desaparecidos y la gente sale a las calles para buscar a los suyos. Según fuentes de El Aaiún, al menos cien personas no regresaron de Gdem Izik, y ya hay 75 detenidos.
Desde la capital saharaui aseguran que entre los arrestados está el activista francés de origen saharaui Ennama Asfari, y que tres de los desaparecidos han sido identificados como Ahmed Almusaui, Saat Buh Uld y Abba Uld Etelva. Estas fuentes comprobaron los saqueos de siete domicilios. En El Aaiún se contaba ayer a 300 desaparecidos, de los que no se sabe "si están en la Jefatura de Policía, en la Gendarmería, en el tercio militar o han muerto".
El Frente Polisario había elevado a 11 los civiles muertos antes de informar del hallazgo de los ocho cuerpos, a 723 los heridos y a 159 los desaparecidos. El movimiento independentista acusa a los agentes marroquíes de haber usado "fuego real". Rabat sólo reconoce una de estas víctimas, el saharaui que murió atropellado, y sostiene que ocho agentes (ayer se anunció la muerte de tres de ellos) han perecido.

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