Estamos ante una estrategia de chantaje encubierto presentado como confrontación de intereses insulares con el fin de debilitar la resistencia del pueblo a la implantación y desarrollo de este proyecto
El proyecto energético que pretenden imponer supondrá lastrar nuestro futuro como pueblo y colocar a nuestra población en situación de riesgo potencial
La aparente disputa insularista sobre la ubicación de una futura planta regasificadora en Canarias, sólo pretende desviar la atención de la opinión pública del debate de fondo en relación al modelo energético de nuestro archipiélago, al tiempo que intenta ocultar los oscuros intereses de determinados ámbitos empresariales en torno a un proyecto más que cuestionado por la ciudadanía canaria por su carácter obsoleto e ineficaz y por su evidente peligrosidad.
El anuncio del traslado de GASCAN a Tenerife y el posterior ofrecimiento del alcalde de Las Palmas de Gran Canaria de ceder las instalaciones del puerto de La Luz y de Las Palmas para la ubicación de la planta regasificadora, obedecen a una estrategia de chantaje encubierto presentado como confrontación de intereses insulares con el fin de debilitar la resistencia del pueblo, canario en general y grancanario en particular, a la implantación y desarrollo de este proyecto.
GASCAN ha recibido durante años el rechazo generalizado de la ciudadanía, especialmente en las comarcas este y sureste de Gran Canaria en las que se proponía su localización, tanto por la alta peligrosidad que supone la instalación y explotación de estas plantas, como por su incoherencia con un modelo de desarrollo sostenible basado en el aprovechamiento de energías limpias, en las que nuestro archipiélago es potencialmente rico, y que muchísimos estudios señalan como el más importante motor para la creación de riqueza y empleo de calidad a medio plazo y como piedra angular de la necesaria diversificación de nuestro modelo productivo.
Por otro lado, profundizar en la continuidad de un patrón basado en la combustión de fósiles, significa hipotecar a Canarias en la ultra-dependencia energética, situándola a merced de las potencias exportadoras y de los caprichos del mercado, así como absolutamente desprotegida frente a las continuas y cada vez más profundas crisis del sector energético.
Tras esta artificial confrontación insularista sólo se pretende ocultar el entreguismo del poder político a los intereses de ciertos grupos empresariales, aunque ello suponga lastrar nuestro futuro como pueblo y colocar a nuestra población en situación de riesgo potencial.
Por todo ello, Canarias Por la Izquierda/Si Se Puede (Canarias Verde y Roja) propone al conjunto de las organizaciones políticas, sindicales y sociales sensibilizadas a este respecto, iniciar un proceso de coordinación y de unidad de acción a fin de organizar la necesaria e inequívoca respuesta de la ciudadanía.
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