jueves, 6 de octubre de 2011

La penúltima ruindad del Gran Marrullero*



Con la firma por el Gobierno español del Programa Militar de “Escudo de Misiles” yanqui, se coloca a Canarias en situación de territorio beligerante ante un eventual enfrentamiento armado internacional: nuestra posición geoestratégica, unida a la oscura utilización de nuestro territorio por fuerzas hispano-norteamericanas, nos ponen en el 
"punto de mira"


Esta nueva bajada de pantalones del PSOE tendrá un costo dinerario estimado (en principio) de 110.000 millones de euros. Ello en un contexto donde se racanean y recortan drásticamente recursos públicos destinados a necesidades sociales básicas

CON la misma fidelidad perruna al amo maltratador con que actúa el animal apaleado, el Presidente del Gobierno psoeísta de España se manda a mudar, no sin antes dar un (¿penúltimo?) brochazo a la misión histórica que le ha tocado cumplir, en coherencia con el papel que, desde siempre, ha correspondido a la socialdemocracia en momentos de crisis del Sistema capitalista: tratar de apuntalarlo, aprovechando la ventaja que le confiere su ascendencia sobre sectores de la clase trabajadora y de la “progresía” en general, para aplicar brutales medidas antisociales; un trabajo sucio que a la derecha nominal (en este caso el PP) resultaría más complicado realizar, pues siempre resultaría mayor el riesgo de provocar una respuesta social radicalizada (que fuera a la raiz de los problemas)... ¿O es que a alguien le sorprende que sea el “socialista” (socialdemócrata) Papandreu, el jefe de Gobierno que ha impuesto a las clases trabajadoras griegas condiciones draconianas al dictado del FMI, el Banco Central Europeo y en fín, de los llamados “Mercados” (eufemismo bajo el que se enmascara la oligarquía financiera internacional)...?.



La versión española mejor elaborada de la socialdemocracia (el Gobierno del PSOE), no ha tenido escrúpulos a la hora de fusilarse derechos laborales y sociales que parecían intocables, dada su condición de conquistas históricas, duramente arrancadas al Sistema tras muchos años de luchas en las que se dejaron la piel, y hasta la vida, generaciones de luchadoras y luchadores sociales. En el breve curso de un par de años ocurrió lo que parecía inconcebible: vaciar de contenido aquellos aspectos residuales favorables a la estabilidad laboral que habían sobrevivido (dentro del Estatuto de los Trabajadores) a la escabechina de los funestos “Pactos de La Moncloa”; endurecer hasta lo intolerable los requisitos para ser perceptor de una Prestación de Desempleo; recortar drásticamente los subsidios y ayudas para desempleadas y desempleados de larga duración, así como para las personas y familias en situación de necesidad social; dar varias vueltas de tuerca al llamado “Pacto de Toledo” (otro bochornoso ejemplo de despojo de derechos -en este caso, en materia de Pensiones- santificado con la bendición de los Sindicatos de obediencia gubernamental), de tal forma que el sistema de Jubilaciones Públicas ya no lo reconoce “ni la madre que lo parió”; reformar la aparentemente “intocable” Constitución, para impedir tajantemente que el Estado pueda endeudarse en la cuentía necesaria y suficiente para hacer frente a situaciones de necesidad social, etc., etc...

Todo ello ha sido posible (como hemos expuesto) gracias al inestimable apoyo de CCOO y UGT, sindicatos socialdemócratas de obediencia y dependencia gubernamental y Estatal. Ellos han sido los encargados de mantener al movimiento obrero dentro del redil, o en su caso, derivar las protestas hacia callejones sin salida o cauces que pudieran ser asimilados por el Sistema sin alterar en lo sustancial las medidas antiobreras previamente decididas (y hasta sibilinamente pactadas). Las farisaicas “declaraciones de protesta” con que, de vez en cuando, los Jefes de estas organizaciones traidoras intentan regalar los oídos de “sus bases” causan sonrojo; sobre todo cuando (como resulta ser habitual) el gesto de levantar el puño airado de un brazo, se complementa con el de extender la mano mendicante del otro, para que papá-Estado “apoquine” los dinares que correspondan a la indignidad de rigor previamente cometida o comprometida.

Y ahora, antes de traspasar el poder a la derecha nominal del PP, faltaba culminar con una “guinda” la tarta de mierda con que nos obsequió otro socialdemócrata de infausto recuerdo (Felipe González) cuando se amañó un Referéndum tramposo para ratificar la entrada del Estado español en la OTAN (instrumento militar del imperialismo para implementar su política agresiva contra los pueblos y naciones del mundo). Poco importó que en dicho referéndum (del que este año se cumplió el 25 Aniversario) las y los canarios (al igual que lo hicieran catalanes y vascos) votáramos mayoritariamente contra tal integración. Nuestra opinión fue directamente a la basura, pues para el Estado, lo que Canarias dijera estaba subyugado a lo que decidiera “España” (esa criminal entelequia que nos tiene colonizados desde hace 6 ignominiosos Siglos).

La “guinda” de tan hediondo “pastel” a que nos hemos referido, no es otra que incluir al Estado español (Canarias incluida, al menos hasta que nos sacudamos el yugo colonial al que estamos uncidos) dentro del llamado “programa de escudo estelar anti misiles” yanqui. Un Programa de “guerra espacial” fruto del delirio de la era del ex-Presidente de EEUU Ronald Reagan, una época de la denominada “guerra fría” entre la dos superpotencias de entonces (EEUU y URSS) que creó enormes tensiones internacionales, incluido el riesgo de desencadenar una guerra nuclear.

Esta nueva bajada de pantalones del PSOE tendrá un costo dinerario inicialmente estimado en 110.000 millones de euros. Ello en un contexto donde se racanean y recortan drásticamente recursos públicos destinados a la Educación, Sanidad, Pensiones o prestaciones sociales básicas.

Con la inclusión en dicho Programa Militar de “Guerra espacial” se coloca a todos los pueblos que conforman el actual el Estado español (incluida Canarias, en tanto nación sometida a vasallaje colonial) en situación de “territorio beligerante” ante una eventual guerra internacional (nuclear o no).

Una decisión de este calado que se ha tomado, por ende, “con nocturnidad y alevosía”, como corresponde a la política cobarde y taimada típica de esa socialdemocracia servil al Capital y al Imperialismo que nos ha tocado en desgracia sufrir.

Sacudirnos el yugo del colonialismo y cerrar el paso al Imperialismo euro-norteamericano y a su creciente agresividad y belicismo, es tarea a la que nos tenemos que poner todas y todos de manera inmediata. Se trata de una cuestión inaplazable, una cuestión de estricta supervivencia.

*Agustín Crosa

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