jueves, 20 de octubre de 2011

El Hierro: El volcán de la miseria*


EL esperpento político montado con el volcán de la isla de El Hierro denota las vergonzosas ganas de protagonismo de ciertos políticos canarios. Las ruedas de prensa montadas en la misma calle y todos, absolutamente todos dándose codazos para salir en la foto o en las televisiones. Por supuesto ninguno tiene puñetera idea de lo que va una erupción marina, pero cuando hablan parecen científicos expertos en la cosa volcánica y deflagraciones varias, incluidos los vapores más apestosos que hacen que tengan esos sueldazos y unos enormes privilegios sobre la mayoría de los ciudadanos...



Paulino, Dominica, Alpidio, cada uno desde sus poltronas en el Gobierno de Canarias, Delegación de Gobierno y Cabildo de la isla herreña nos regalan su verborrea barata, siempre con la idea de sacar tajada electoral de este fenómeno natural que afecta a gran parte de los habitantes de esta isla.

Por momentos cuando veo a estos personajes hablando en los medios de comunicación me viene a la mente el cine de Berlanga y su perfecta definición de un pueblo tercermundista dominado por los caciques. El inmenso ridículo de querer rentabilizar votos fáciles y no preocuparse realmente por la seguridad y el bienestar de los ciudadanos.

He llegado a pensar que les importa un bledo que haya tanta gente pasando calamidades en estas islas, familias que pierden sus casas ante la depredación de los bancos, que sufren el brutal desempleo y hacen piruetas imposibles para poder llegar a fin de mes sin que sus hijos pasen hambre.

Pero claro estos elementos viven como reyes con sus coches oficiales y móviles de última generación pegados a sus orejas. Su alto nivel de vida les hace estar al margen de una realidad social dramática para la mayoría de la población de Canarias. Se mantienen en su burbuja de viajes en primera clase, cenas en restaurantes de lujo a cargo del erario público y otros “gastillos varios”, consolidando su carrera política siempre muy bien relacionados con constructores “amigos” y las grandes fortunas de la llamada “sociedad canaria”, que subvenciona una gran parte de sus campañas electorales, negociando entre copichuelas el próximo negocio, la siguiente recalificación, la inmediata supercarretera, en la comunidad autónoma con mayor número de personas en paro, con los índices más altos de fracaso escolar y pobreza de todo el estado español.

El volcán de la isla de El Hierro sigue vivo en las profundidades marinas aunque parece haberse calmado, las aguas verdosas nos muestran la magia de la naturaleza y la realidad política nos enrojece la cara de vergüenza ante las actuaciones de quienes se dicen representantes de la ciudadanía. Elegidos cada cuatro años para hacer política al margen de todo un pueblo, dejando sin protección a gran parte de la flora y fauna isleña para poder seguir construyendo, destruyendo playas y sebadales enteros en Tenerife para montar el innecesario Puerto de Granadilla para beneficio de cuatro millonarios. Son tantas cosas, tantos pelotazos, tantas vergüenzas juntas que este artículo se haría demasiado extenso para meterlas todas.

El caso es que ellos siguen poniendo cara interesante aunque no tengan ni puta idea, diciendo palabras que parecen tener contenido pero que en el fondo son verdaderas chorradas. Se llevan bien aunque sean rivales políticos, se ponen a parir pero se toman juntos los cafés y las copillas, la idea es seguir viviendo del bote público, intercambiarse el poder cada cuatro años, seguir engañando y manipulando al pueblo. Incluso les parece mal que el movimiento 15-M diga que no nos representan. El propio José Miguel Pérez, Vicepresidente del Gobierno de Canarias, manifestó que podría ser antidemocrático denunciar la dolce vita de los políticos. La cuestión es seguir disfrutando por el lado más bestia de la vida, mientras la mayoría del pueblo contemplamos el futuro con verdadero temor, tapar la mierda que les rodea y figurar, sonreír, sobre todo sonreír a las cámaras desde sus discursos vacíos y surrealistas.





*Francisco González Tejera

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