viernes, 29 de abril de 2011

El “Pacto Social” autonómico empieza a dar sus frutos: inesperado “pelotazo” de 466.700€ para CCOO, en compensación por la pérdida de su mayoría en el Comité de Empresa de la U.T.E. de Limpieza de Centros Públicos


EN el último proceso de Elecciones Sindicales, CC.OO. perdió la mayoría absoluta que históricamente había mantenido en el Comité de Empresa de la U.T.E. dedicada a la Limpieza de Centros Públicos dependientes de la Consejería de Educación en Santa Cruz de Tenerife, elecciones en las que Intersindical Canaria le arrebató dicha mayoría, al obtener 5 de las 9 Delegadas en liza...



Pero como dicen que “las penas, con pan, son menos penas”, ahí ha llegado raudo “al rescate” el Gobierno autonómico de Canarias, a través del Servicio Canario de Empleo, que se ha sacado de la manga lo que denomina “proyecto experimental”, consistente en apoquinar casi 80 millones de las antiguas pesetas al Sindicato perdedor.

La subvención, según el Gobierno, estaría destinada a “financiar los costes de ejecución del programa que se aplicará sobre las trabajadoras de la Unión Temporal de Empresas (UTE) 'Apeles S.L.' y 'La Esponja del Teide', que realiza servicios de limpieza en los centros educativos de la provincia de Santa Cruz de Tenerife dependientes de la Consejería de Educación, Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias”. 


Ese “programa” consiste, ni más ni menos, en disminuirles unilateralmente su jornada laboral y salarios (ya de por sí bajos en extremo) en un 5%,, modificándoles sus Contratos a tal fin. La consecuente pérdida salarial les sería en parte compensada (en un 60%), a través de “cursos de formación” que organizaría Comisiones Obreras. Un denominado “plan de formación” que duraría 10 meses y que consistiría en “13 cursos diferentes relacionados con el apoyo a las personas dependientes, informática básica, inglés, manipulación de alimentos, lavandería o camarera de pisos, entre otros”. Nada se dice qué ocurrirá una vez transcurridos dichos 10 meses, cuando nuestras Limpiadoras sean unas “expertas informáticas”, “sepan limpiar en inglés”, etc., y la generosa CCOO ya no les “compense” el 60% del salario perdido. Como quiera que se habrá operado contractualmente la modificación de jornada, no resulta aventurado colegir que se quedarán compuestas y sin el 5% de su actual salario. Más aún: se verán obligadas a realizar, la misma cantidad de trabajo que vienen realizando, pero con unas retribuciones un 5% inferiores y (en el mejor de los casos) en un tiempo proporcionalmente inferior.

¡A eso le llamamos nosotros “incentivar la productividad” en plan bestia, paisanas y paisanos!

Esta auténtico atropello a los derechos de las trabajadoras es vendido, en comandita, por el Gobierno y CCOO, como una especie de “éxito” que impediría la “pérdida del 10% de los puestos de trabajo en el sector”.

No se ha explicado que tal supuesta expectativa de disminución neta de puestos de trabajo deviene en legalmente inviable, por cuanto el pago que transfiere la Consejería a la U.T.E. privada (de los presupuestos públicos) se hace con base a unas cláusulas de Contrato donde el volumen de la plantilla está tasado (al obligarlo así la Ley de Contratos del Estado), y no puede ser disminuido unilateralmente por la prestataria del servicio.

Este “experimento” no es otra cosa que la aplicación práctica del denominado “modelo alemán”, cuya implantación está siendo obsesivamente preconizada por CCOO, y que básicamente consiste en reducir la jornada, con una parte del salario subvencionado por la Administración (subvención que -¡naturalmente!- gestionarían los “Sindicatos apesebrados”).

Lo dicho: un auténtico “pelotazo”, en el que ganan el Gobierno (que a cambio de este trafullo con los dineros públicos -entre otras canonjías por descubrir- ha conseguido que CCOO de su firma en el nuevo “Pacto Social”), las Empresas privadas de la U.T.E. (que verán inesperadamente aumentada la “productividad” de las trabajadoras, al obtener la misma prestación laboral un 5% más barata), y por supuesto CCOO, que “hará caja” con una sustanciosa cantidad de dinero público, y encima pretenderá aparecer ante las trabajadoras (al menos durante 10 meses) como “el Sindicato salvador” que les abona (con dineros ajenos, naturalmente –cosa que se cuidarán de explicar-) el 60% de la pérdida salarial producida. 



Es decir, ganan todos… menos las trabajadoras. Ley de vida (al menos de la "vida" que se desenvuelve dentro de este Sistema podrido hasta el tuétano...).

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