miércoles, 2 de febrero de 2011

La satrapía estatal firma en Madrid un nuevo “Pacto Social”. ¿Que no le gustó el café del otro día?: ¡pues ahora se manda dos tazas y media...!

Uniendo las manitas, escenifican el deseo común de repartirse el "pastel" que se obtendrá fruto del despojo de los derechos laborales


El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, los máximos dirigentes de CCOO, UGT y las Patronales CEOE y CEPYME firmaron hoy miércoles al mediodía en el Palacio de la Moncloa un denominado “Acuerdo Económico y Social” que han alcanzado, según han afirmado, “para hacer frente a la crisis”...




El Acuerdo, que pivota en torno a las medidas contenidas en la Ley de "Reforma laboral" aprobada el año pasado (despidos fáciles y baratos, bonificación de los Contratos en precario, etc...) y al reciente recorte de Pensiones impuesto (cuestiones ambas que los suscribientes dan por "asumidas"), abarca también lo que denominan “las políticas activas de empleo, la negociación colectiva, la función pública, la política industrial, la política energética y la de I+D”.

De esta forma, el Gobierno ha declarado muy ufano en la rueda de Prensa que “ha conseguido reactivar el diálogo social roto desde el pasado verano y pretende ahora lograr el apoyo de todos los grupos en el Parlamento con la intención de conseguir un gran acuerdo para hacer frente a la crisis”.

El Pacto ha sido firmado por el propio Zapatero, el ministro de Trabajo e Inmigración, Valeriano Gómez, el presidente de CEOE, Juan Rosell, el presidente de Cepyme, Jesús Terciado, y los secretarios generales de CC.OO. y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, respectivamente.

Con la ausencia de los representantes de los Grupos Parlamentarios, el acto contó con la presencia del vicepresidente primero y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, la vicepresidenta económica, Elena Salgado, la ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, así como las cúpulas de la patronal y de CCOO y UGT. Además, no faltaron a la cita el presidente de las Cámaras de Comercio, Javier Gómez Navarro, el del Consejo Económico y Social (CES), Marcos Peña, y los representantes de las asociaciones de autónomos, entre otros.

Se sabe que el contenido del Pacto lo conocen, y han dado su aprobación, como mínimo, CC y CiU.

Los firmantes llegaron pasadas las 12.00 horas al Salón de Tapices del Palacio de la Moncloa, el que fuera el escenario en 1977 de los “Pactos de la Moncloa”  y otros acuerdos, como el "pacto antiterrorista". Allí, un enorme cartel con fondo gris y letras granates ya anunciaba el 'Acuerdo Social y Económico para el crecimiento, el empleo y la garantía de las pensiones'.

Aunque el acuerdo fue alcanzado en la madrugada del lunes al martes, fue presentado con un logo propio estampado en el cartel (unos "servicios de diseño gráfico" e impresión verdaderamente eficaces y rápidos, sin duda). Delante, estaban sentados los máximos responsables de los “agentes sociales".

Zapatero, sonriente

El momento que acaparó todos los flashes de los fotógrafos fue la intervención de un sonriente Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, quien agradeció a los interlocutores “su voluntad de acuerdo”, celebró la "refundación" del diálogo social e informó de las felicitaciones recibidas esa misma mañana del presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, por el Pacto Social alcanzado.

El primero en intervenir fue el ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, quien pasó por encima del dato del paro del mes de enero, para dejar su valoración al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Gómez fue el primero en agradecer a los interlocutores sociales su "responsabilidad", ya que confió en que la ciudadanía pueda "comprender mejor" la necesidad de las reformas emprendidas, si es con el concurso de todos los agentes.

A continuación, intervino Jesús Terciado, quien celebró el acuerdo pero no dudó en señalar que "las materias (que incluye) no son suficientes para resolver los graves problemas económicos y sociales" que aquejan a la economía y, en especial a las pymes.

Manos unidas para celebrar el Acuerdo

Por su parte, los secretarios generales de UGT y CC.OO, Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo, no escatimaron en palabras de confianza en el acuerdo y suscribieron su apuesta por el “diálogo social”, sin dejar pasar la oportunidad de reclamar la huelga general del 29 de septiembre como “germen del acuerdo”.

"No podemos entender esta fecha sin la del 29 de septiembre", resumió Méndez, quien, como Toxo, tendió una mano para que los Grupos Parlamentarios hagan del pacto social un gran pacto político. "Este acuerdo debería servir para recuperar en toda su diversidad el Pacto de Toledo", reclamó Toxo, mientras Zapatero le escuchaba con gestos de afirmación.

¡Si, señoras y señores, estos sinvergüenzas, hablando en “nombre de las clases trabajadoras”, sin encomendarse a dios ni al diablo, consideran que la Reforma Laboral ya aprobada y asumida (que facilita y abarata el despido, entre otras “virtudes”), así como las últimas medidas de ataque el Sistema Público de Pensiones, son el fruto de la Huelga general del 20 de Septiembre!!

El último en tomar la palabra antes que Zapatero fue el presidente la CEOE, Juan Rosell (el que se quiere cargar el 50% del empleo público, para privatizar los servicios), la última organización en sumarse al proceso negociador. En su intervención, fue el único que tuvo palabras de agradecimiento para el anterior ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, y su antecesor al frente de la patronal, Gerardo Díaz Ferrán (el conocido presunto delincuente de guante blanco), a quienes reconoció parte del trabajo que ha culminado en el Pacto Social.

Dicho esto, confió en poder alcanzar pronto un acuerdo con CCOO y UGT sobre “negociación colectiva”, para adaptarla a los tiempos, no para "destruirla" (vale, y ahora vamos nosotros, y nos lo creemos…)

Tras las palabras de Zapatero, los firmantes, reclamados por los medios gráficos, unieron sus manos para escenificar el Pacto Social alcanzado.

Seguiremos informando a medida que se vayan conociendo datos de esta nueva vesanía contra los derechos de las y los trabajadores del conjunto del Estado, incluidos, naturalmente, los de este territorio colonial.


De momento, adquiere más valor aún la consigna del momento: ¡unirse y organizarse para resistir!

1 comentario:

  1. El acuerdo beneficia al sindicalismo vertical que practican los dos sindicatos mayoritarios, a la rentabilidad de su empresa que gestiona fondos de pensiones (¿se podía concebir una traición mayor que ambos sindicatos haciendo negocio con el modelo del enemigo en contra del sistema público?) y, sobre todo, a los intereses de las rentas de capital, que logran así asestar un golpe más a los intereses de la clase trabajadora.

    La reforma de las pensiones no es más que un descarado recorte de las mismas en base a un falso planteamiento sobre la viabilidad del actual modelo y sobre las diferentes opciones para mejorarlo. Si las pensiones fueran rentas de capital (en lugar de rentas de trabajo), el debate no se habría centrado en el capitulo de gastos sino en el de ingresos, buscando otras vías de financiación, como los presupuestos públicos, que es lo que viene haciendo con la crisis bancaria.

    Por otra parte, el problema demográfico del Estado español no es que (en el futuro) el 20% de la población (mayor de 65 años) representaría un gasto de cerca del 15% del PIB sino que el 20% más rico concentra un nivel de renta cercano al 70%, que se incrementará en el futuro.

    Este es el verdadero problema demográfico de nuestro profundamente desigual reparto de la riqueza.

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