viernes, 24 de diciembre de 2010

La Policía marroquí mata a tiros a un joven saharaui


Los hermanos de Said Sidahmed con su foto ante la prensa (Juan C. Franco)


Se llamaba Said Sidahmed, iba a cumplir 27 años el 1 de enero y, según relató su familia, murió este jueves completamente solo en un hospital de El Aaiún tras pasar 24 horas en coma, con una bala metida en el cerebro. Para su familia y las asociaciones saharauis es un "mártir" de su causa, cuya muerte relacionan con la presencia de algunos miembros de su familia en el Campamento Dignidad, desalojado por las fuerzas de seguridad marroquíes el 8 de noviembre...

Lehbib y Jamila Sidahmed, dos de los hermanos del joven, explicaron en Lanzarote que Said falleció a causa de dos disparos en la frente, a quemarropa, efectuados por un agente de la policía marroquí al que acusan de haber acabado con la vida de un joven responsable, el menor de nueve hermanos, educado y nada pendenciero. Licenciado en Económicas, trabajaba en el Ayuntamiento de El Aaiún y acababa de terminar un master. 
"Lo que más nos duele es que ahora querrán decir que estaba metido en problemas. Marruecos va a por los jóvenes educados que son una esperanza para el Sáhara", se lamentaron sus hermanos.

Una bala entre los ojos


Lehbib y Jamila relataron que todo ocurrió en la madrugada del miércoles, a las dos y media de la mañana. Tras el partido de fútbol, Said se había quedado un rato con un amigo. El joven salía solo de un cibercafé próximo a su casa cuando dos agentes de la policía lo interceptaron. "Le pidieron la documentación, pero él no la llevaba consigo. Entonces comenzó una discusión y le dispararon". A bocajarro. Entre los ojos. "No era activista ni estaba metido en nada, el único problema es que iba sin identificación; en realidad esto le ha ocurrido simplemente por ser saharaui".
Los allegados de Said relacionan el asesinato con la participación de algunos de sus familiares en el campamento desmantelado en noviembre. Por este mismo motivo, uno de sus hermanos permanece escondido de las autoridades desde entonces. "En [el campamento de] Gdem Izik incluso nos quemaron el coche y nos obligaron a firmar una denuncia por robo, como si hubiese desaparecido".
Los padres de Said, que permanecen en El Aaiún, tratan en estos momentos de que se les permita ver el cadáver del joven.
La noche anterior la pasaron acampados ante el hospital Hassan Ben el Mehdi, pero ni siquiera se les dio acceso cuando su hijo ya estaba en coma irreversible, denuncian. A mediodía de este jueves el personal sanitario les comunicó la muerte sin más explicaciones y sin entregarles informe médico alguno.
"Desde el principio intentaron sobornarnos para que no difundiéramos esto. Poco antes de comunicarnos su muerte, presionaron a mi madre para que firmara un documento aceptando que fue un accidente, y a cambio el hospital compraría las medicinas para tratarlo. Por supuesto, no firmó. Es lo de siempre: hacer que aquí no ha ocurrido nada", relató el hermano de la víctima.
Estamos ante un episodio doloroso más de la ignominiosa represión que sufren nuestros hermanos saharauis, a apenas 100 Km. de nuestras costas.

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