miércoles, 9 de marzo de 2011

Sobre Puertos y espejos...

Puerto de Arinaga: ejemplo palmario de proyecto especulativo, innecesario y depredador del territorio
¿Quién no recuerda haber sido objeto de mofa cuando, de chico, a veces pretendía hacer cosas poco recomendables y además, obtener la aprobación o al menos el asentimiento de los mayores con el recurrente argumento de que "es que Menganito lo hace [o lo hizo]..."?. ¿Recuerdan cuál era la también recurrente (y no por ello menos aplastantemente lógica) respuesta de los mayores?: "¿Y si Menganito se tira por un Barranco, tú también lo harías...?". Y aquél era el punto y hora en que se acababa la discusión, para nuestro frustrados deseos y nuestro humillado sentido de la lógica y el raciocinio infantil...




Pues lo mismo ocurre con los defensores del estrambótico e innecesario megaproyecto de instalación de un Puerto en la Costa de Granadilla de Abona, iniciativa especulativa en la que pretenden enterrar muchas decenas de millones de euros (miles de millones de las antiguas pesetas) que irán a parar al sumidero de los inmensos bolsillos de los especuladores de siempre (los propios y los ajenos). Ante la evidencia, constatada sobradamente a través de estudios rigurosos, de que esa infraestructura es totalmente innecesaria (con independencia del brutal atentado ecológico que implica), por la existencia de un Puerto en Santa Cruz infrautilizado, el planteamiento de los voceros políticos del latrocinio insularista organizado es recurrente: ¿Y por qué en Gran Canaria pudieron construir el Puerto de Arinaga, a pesar de su inutilidad por la existencia del Puerto de La Luz y de Las Palmas...?. 

¿Ese es el espejo en el que la oligarquía insularista tinerfeña pretende que nos miremos?. Pues veamos:

Tal como señalaba acertadamente el periodista G. Florido en Canarias7, el tan cacareado en su momento Puerto de Arinaga en Gran Canaria no cría malvas porque descansa en el mar, pero lleva años muerto, sin barcos, sin actividad. 31 millones de euros invertidos en el muelle que se van a pique. Mientras, las autoridades portuarias y el Ayuntamiento de Agüimes se echan las culpas.

Hace años un medio de comunicación encabezó una información con un titular de pretensiones agoreras. «Al día siguiente de su construcción el puerto de Arinaga se deberá cerrar por su carácter ruinoso». Se hacía eco de un estudio realizado por el Departamento de Economía Aplicada de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Es obvio que se equivocó, ni fue al día siguiente, ni tampoco se ha cerrado. Y también falló por otro matiz. Nunca se ha llegado a abrir. Se han invertido 31 millones de euros y a día de hoy apenas han servido para el atraque inaugural del Ferry "Volcán de Timanfaya", de Armas, en el 2005, y un barco de mercancías y un hotel flotante, el Bibby Challenge, en el 2007.

Parece poco bagaje para una infraestructura que vio los primeros movimientos de tierra tras 16 años de tiras y aflojas de la oligarquía grancanaria, comandadas por el Agustín Reina, primer presidente de los empresarios del Polígono Industrial de Arinaga, y por el alcalde agüimense, Antonio Morales, y tras vencer múltiples resistencias, las de la propia administración de entonces, desde el Cabildo al Gobierno regional, y las de múltiples colectivos. Ha sido, de hecho, una de las actuaciones que más polémica ha suscitado en la reciente historia de la Isla. La Asociación para la Defensa del Surf, que temió la muerte de Pozo Izquierdo y de sus mundiales de windsurf, movilizó 4.252 firmas de vecinos en contra del proyecto en los 90. Y los ecologistas intentaron pararlo por su incidencia en los sebadales de Bahía de Formas, declarada Lugar de Interés Comunitario, y por sus posibles daños a las aves que anidan en Tarajalillo del Sur.

Pese a todo eso, se hizo. Primero se implicó el Cabildo y después el Puerto, pero las obras acabaron hace rato y allí no hay vida. Sin embargo, tanto la Autoridad Portuaria de Las Palmas, que es la dueña del muelle, como el Ayuntamiento de Agüimes, que rige los destinos del municipio donde está radicado, niegan la mayor, es decir, rechazan que todo ese dinero se haya echado por la borda. En lo que no coinciden, y ahí parece radicar la clave, es en el destino idóneo para el puerto. Y esa manzana de la discordia tiene un nombre, el gas.

La clave, el gas. Javier Sánchez-Simón, presidente de la Autoridad Portuaria, lo tiene claro. «La mejor ubicación para el gas está en el puerto de Arinaga», dijo esta semana. Pero para Agüimes no hay discusión. «Nunca planteamos un macropuerto, y algunos lo han querido usar como trampa para meter cementeras, refinerías y hasta gas», dijo Morales, que recuerda el fuerte rechazo popular del Sureste a la planta regasificadora. Este desencuentro no es baladí, porque a esto atribuye Agüimes «la falta de apuesta del Puerto» para propiciar su uso para el tráfico de pasajeros y de mercancías. Sánchez-Simón lo desmiente. «No condicionamos futuras inversiones al gas», pero sí al interés que suscite en navieras y empresas. Y hay fuentes que lo ven difícil, precisamente por su cercanía al Puerto de La Luz. Cada vez que un barco entra a puerto gasta dinero y es difícil que hagan escala en Arinaga teniendo tan cerca La Luz. Tampoco creen que sea viable una línea marítima con otra Isla porque no hay suficiente demanda.

Pues sí, ese es el espejo al que la burguesía insularista pretende que nos miremos los tinerfeños. La imagen que vemos no es precisamente grata; y más monstruosa nos parece en la medida de que se pretende tirar al basurero de los pelotazos unas inversiones multimillonarias que resultan necesarias para invertir en actividad verdaderamente productiva en una Isla donde se empieza a notar (¡y de qué maneras!) el hambre y la desesperación social.

¿Megaproyectos especulativos?: no, gracias.

1 comentario:

  1. Es evidente que el bueno y honesto de Antonio Morales se equivocó gravemente, cuando apoyó el puerto de Arinaga, desoyendo a la Comunidad Científica, a los Grupos Ecologistas y a los Movimientos Sociales opositores. Igualito que viene sucediendo en Tenerife con el puerto de Granadilla, pero éste apoyado por los políticos que nos mal gobiernan y que hacen sospechar que su apoyo obedece exclusivamente a exigencias empresariales. O sea, los mismos políticos a los que Antonio Morales combate en su lucha por impedir que el gas entre a través de su apoyado puerto. Le suplico a Antonio Morales que luche contra el Granadilla y contra la introducción del Gas en Tenerife, como si fuera su propia Isla. En Tenerife tampoco hace falta el gas, los peligros serían los mismos, el pto d Granadilla es innecesario, menos operativo aún que el suyo de Arinaga por peores condiciones climatológicas y tan devastador como este o más. Desde Tenerife pido a los Grancanarios, que exijan responsabilidades por el de Arinaga y que obliguen a realizar estudios científicos fiables, de la incidencia del espigón de Arinaga, que interrumpe la dinámica de litoral del lugar, sobre las Dunas de Maspalomas y las gravísimas pérdidas de arenas de su hermosa Playa, o mejor dicho la NO regeneración de las mismas. En Tenerife, la Playa del Médano, la de La Tejita y otras, sufrirían las mismas consecuencias si el puerto de Granadilla se hiciese realidad, ¡que esperemos que NO! También sucumbiría íntegramente el Sebadal del Sur de Tenerife, peor aún que el de Arinaga, por encontrarse el de Tenerife prácticamente TODO ubicado al suroeste de ese indeseable puerto con un dominante en la zona del nordeste, por los que, además de impedir la necesaria regeneración de sus arenas, trasladaría sobre ese importante y vital Sebadal, todos los efectos negativos que cualquier puerto industrial genera, que son muchos y muy poco recomendables.

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