jueves, 2 de septiembre de 2010

Se oyen tambores de guerra*


El 29 de Septiembre los trabajadores europeos saldrán a la calle. Ya suenan los tambores de guerra, y decimos de guerra porque lo que se avecina es una auténtica guerra, no entre estados, no entre pueblos, sino entre ricos y pobres; y no nos referimos entre esos ricos que tienen un millón de euros ahorrados o en bolsa, (que seguro que no se pondrán de parte de la clase trabajadora), sino entre los verdaderos ricos, los banqueros, los dueños de las multinacionales, los que controlan la bolsa, etc. y del otro lado nosotros, los obreros.

Ellos tienen la fuerza, sus policías, sus leyes hechas a su medida, nosotros tenemos la razón, y el control de todos los medios de producción…si queremos.

Y es probable que no sólo los europeos, sino que en este mundo globalizado, la lucha también lo sea y se extienda por todo el planeta. ¡Que así sea!.

En el Estado español, también suenan los tambores, pero da la impresión que son tambores chinos por lo mal que suenan. La convocatoria de UGT y CCOO, dan más la impresión de que es un “lavado de cara” ante los trabajadores españoles, que ante una intención real de presentar batalla ante las fuertes agresiones que está llevando a cabo el sistema Neoliberal. Y es que la lluvia de dinero que les cae del “cielo”, tiene su coste.

En Canarias, Intersindical Canaria también se suma a esta jornada de lucha, poniendo como referente, no sólo la necesidad de hacer frente a las reformas del sistema neoliberal, que pretenden de hecho, aprovechando esta crisis, esclavizar a la clase trabajadora global, sino que además pone de manifiesto la necesidad de liberación nacional del Archipiélago canario.

Sin embargo desde “La Pindadera” seguimos echando en falta una verdadera movilización de los sindicalistas por los centros de trabajo, y barrios, explicando y dando información que no sea la que da el “oficialismo”, sobre la crisis que poco a poco, o tal vez muy rápidamente se está introduciendo en todos y cada uno de nuestros hogares.

Desde el sistema se insiste una y otra vez de que ya hemos tocado fondo y que queda el “ajustar para volver a crecer y crear empleo”. Esto es mentira y todo aquel que profundice un poco en comprender qué es lo que está pasando lo entenderá pronto.

Esta crisis como ya hemos repetido hasta la saciedad es sistémica o civilizatoria. No basta con oponernos a las reformas. Hay que acabar con el sistema capitalista pues es la propia humanidad la que está en peligro.

Esta crisis abarca:

-Financiera: (muerte deWall Street y La City de Londres), pérdida del valor dinero. Se dará la paradoja que mientras los trabajadores no podremos comprar por carecer nuestro salario de poder adquisitivo, los que tengan dinero ahorrado se volverán ansiosos por comprar ya que cuanto más días pasen, su dinero se irá convirtiendo en papel basura.

-Energética: El uso del automóvil como medio de movilidad irá descendiendo poco a poco. ¿Acaso ya no nos cuesta una fortuna el movernos en nuestras necesidades diarias?. Será total cuando el litro de combustible llegue a 3€. El declive energético no sólo afectará a la movilidad sino que afectará en prácticamente al 100% del vivir diario.

-Climático: “El trastorno climático”, como bien dice el historiador colombiano RenanVega Cantor, no sólo causa un efecto “directo” sobre la humanidad, es decir, si se inunda una determinada región del mundo, no sólo es el efecto inmediato, con los traumas humanos que pueda causar, sino que además causa una crisis económica y alimentaria de difícil salida. Y como ya hemos dicho en reiteradas ocasiones el cambio climático afectará a la economía global reduciendo un 20% su PIB, según el Informe Stern, del gobierno inglés.

-Alimentario: El propio sistema neoliberal, nos lleva de cabeza a la deficiencia alimentaria, imponiendo el cultivo de productos que no están dirigidos a la alimentación del ser humano sino encaminada a la obtención de beneficios económicos; destruyendo zonas donde los campesinos se han alimentado durante milenios, para plantar productos para la obtención de beneficio como por ejemplo los biocombustibles, provocando la emigración hacia las urbes de millones de campesinos, o como en Canarias: arrasar el campo para la implantación de cemento y asfalto.

Es evidente que a los seres humanos de la segunda década del S.XXI, les ha tocado vivir unos momentos históricos apabullantes, unos momentos donde la acción estará encaminada a pensar no en nuestro bien, sino en el de nuestros herederos, no en el bien individual, sino en el de la colectividad. Eso o morir siendo esclavo.

*Fructuoso Rodríguez Morales (revista "La Pintadera", Nº 9).

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