1.- Porque desde la última (14 de diciembre de 1988) se han ido cercenando, de manera sutil y continua, los derechos conquistados en toda la etapa anterior, desde 1979. Hoy, 22 años más tarde, resulta escandaloso el recorte de salarios, la rebaja de la indemnización por despido, la consagración de la patada laboral como favor a los empresarios y la congelación de las pensiones-limosna de millones de personas, indefensas ante una medida de tal calibre.
2.- Porque callando o aceptando, sin más, las reformas impuestas por el Gobierno del Estado (que no afectan a los más pudientes, comenzando por el Borbón), se siembra la semilla de unas próximas amenazas y más recortes de todo tipo.
3.- Porque debemos denunciar la impudicia del presidente, de sus ministros, senadores y diputados, sean del PPSOE, del PNV, CIU, CC, que se abstienen o votan a favor de la agresión al mundo del trabajo, para acabar en unos años con la sanidad y la educación públicas, mientras practican la genuflexión ante los auténticos responsables del desastre económico mundial: los grandes empresarios y la banca privada.
4.- Porque ellos y todos los gobiernos nunca han estado en manos de la ciudadanía, sino de esa Confederación de Empresarios, banqueros y especuladores, que bajo el entramado de un supuesto escenario democrático, expolian, estafan sin descanso, explotan la inmigración, evadiendo millones de euros a paraísos fiscales por todos conocidos.
5.- Porque en un sistema democrático se deben condenar estas agresiones laborales, con tanta convicción como los crímenes de una dictadura, y no mantener a las familias de los asesinos en la opulencia, otorgando subvenciones públicas a colectivos como la Fundación Francisco Franco, la Falange, o a la Iglesia Católica, cuando la propia Constitución declara al Estado como estado aconfesional.
6.- Porque hemos sido testigos mudos, en infinidad de ocasiones, de que cuando se habla de pactar entre CCOO y UGT, el gobierno y la patronal, quien sale perdiendo es el mundo laboral. Los sindicatos mayoritarios y colaboracionistas, aunque apoyen y llamen a la huelga, son culpables directos de esta situación, en la que sus líderes han mostrado sonrisas, palmaditas en la espalda y comprensión con los poderes públicos y privados.
7.- Porque los derechos del trabajador son en 2010 cien veces peor que en 1980
8.- Porque los beneficios de la banca en 2010 son mil veces mayores que en 1980
9.- Porque esta huelga general, que debe ser el prolegómeno de muchas más acciones, rotundas y decididas. No hay nada que perder y mucho que ganar.
10.- Porque las voces que "protestan" y se niegan a secundar el paro, arguyendo un posible protagonismo mediático de los líderes sindicales que bajaron la cabeza ante esa reforma indigna e injusta, no aportan otra cosa que la desconfianza hacia los propios trabajadores, significándose como manipuladores de una realidad incontestable. Aquí el protagonismo es de todos. No hay siglas.
11.- Porque el mundo laboral rechaza una forma de vida en la que los ricos van siendo más ricos y los pobres más pobres; una existencia angustiosa a la que hay que oponerse con unidad, con coraje y valentía para acabar con este Estado español neo-franquista, capitalista, aburrido, inculto y ramplón.
12.- Porque millones de personas creen en la verdadera democracia, a pesar de Europa y los Estados Unidos de Norteamérica. Un mundo mejor es posible, compañeros y compañeras.
*Carlos Tena
*Carlos Tena
"Porque desde la última (14 de diciembre de 1988) se han ido cercenando, de manera sutil y continua, los derechos conquistados en toda la etapa anterior, desde 1979." ¿No hubo también otra huelga general el 20-J del 2002?
ResponderEliminarEs cierto. Y además, fue masiva (aunque CCOO y UGT volvieron a manipular y derrochar la inmensa fuerza acumulada en aquella batalla).
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