sábado, 22 de mayo de 2010

Sobre la lucha contra el Puerto de Granadilla: ¡NO ES ESO, SRAS. Y SRES. ECO-JURISPERICONSULTOS!*

Hace más de un año, recibí un sms de una buena amiga, comprometida a tope con la lucha contra el Proyecto del Puerto de Granadilla, cuyo texto (creo recordar) rezaba algo así como: "se tumbó el Puerto de Granadilla!".


Leí aquello, e inmediatamente me puse a la labor de informarme sobre qué milagro había ocurrido para lograr "tumbar" una infraestructura de tal calibre, en cuya ejecución estaban comprometidas todas las "fuerzas vivas" de la impertinente, desorejada y desalmada oligarquía especuladora tinerfeña (la económica, y sus ramificaciones políticas, siempre "a la orden" de aquella -CC, PSOE, PP-).

-Era previsible que las decenas de miles de pacíficos manifestantes contra el criminal proyecto (expresión del rotundo rechazo de la mayoría social tinerfeña frente a ese impúdico pelotazo) no fueran causa bastante para torcer la contumaz voluntad de esa pandilla de especuladores en su empeño de "hacer el negocio del Siglo", a costillas, naturalmente, de nuestro pueblo y de nuestra tierra.

Las Manifestaciones estuvieron muy bien, sin duda. Fueron necesarias pero no suficientes: faltó firmeza y constancia en la movilización (incluso en su radicalización, si hubiere sido preciso -que lo fue-), si realmente el objetivo era parar un proyecto de esa envergadura.

-Por otro lado, me constaba que habían empezado a ejecutar la obra, sin que se hubiera constatado oposición popular efectiva relevante, a pesar de las alucinadas "bravatas" del "César de la Insula Barataria de San Borondón". Una previa, e intensiva campaña de narcotización de las fuerzas populares agrupadas en torno a "Asamblea por Tenerife" (campaña comandada por el "Gran César Visionario", con la inestimable ayuda de personas y fuerzas políticas afines -u obnubiladas por la "personalidad" del "personaje", valga la redundancia-), logró desarbolar las ansias combativas de muchísima gente, a quienes convencieron de que "todo aquello era una cuestión básicamente judicial y/o política" (refiriéndose, naturalmente, a la política electoradera e institucional), siendo las movilizaciones populares, meros apéndices de aquella estrategia "jurídico-política" (babosas cartas y ruegos a "Sus Altezas Reales, Los Príncipes", visitas varias a Estrasburgo, recogida de firmas para una Iniciativa Legislativa Popular, supuestos futuros "castigos electorales" -que nunca se materializaron en la práctica-, etc...), estrategia que estaría en manos de "expertos" que nos salvarían de esa hecatombe.

Aquella embrutecedora campaña de apaciguamiento, dirigida a sacar renta politiquera inmediata de las movilizaciones de AxT, produjo una terrible desmovilización, así como un fuerte reflujo de los movimientos sociales agrupados en torno a aquella plataforma unitaria, y situación que persiste en estos momentos.

¡Ojo!: nada tengo que objetar a la mayoría de las iniciativas descritas, en muchas de las cuales participé activamente (lo ocurrido con "SS.AA.RR., los Príncipes, Doña Leticia y Don Felipe" -sic!- en Lanzarote, es "harina de otro costal", de la que "Ben Magec" tendrá que dar cuenta cuando, con permiso de Borges, se publique el libro "La Historia Universal del Ridículo Más Infame y Patético"). Digo, simplemente, que fueron necesarias (excepción hecha de la bufonada descrita), pero no suficientes.

-Por último, en Canarias, no concurría (ni concurre) un elemento que, al menos objetivamente, puede ser considerado (como mínimo) relevante, a los efectos de dejar constancia de resultados prácticos de movimientos de lucha contra salvajes atentados contra el medio ambiente en un territorio determinado dentro del actual Estado español: me refiero, naturalmente, al aspecto de la utilización de determinados métodos violentos y/o coercitivos, entendidos como un instrumento más de la lucha popular; tal como ocurrió en Euskadi en los casos de la oposición popular al inicial trazado de la Autopista de Leizarán, y también en la lucha contra la construcción de la Central Nuclear de Lemoiz. Conste, a los oportunos efectos, que no pongo esas prácticas violentas como "ejemplos a seguir" (ni todo lo contrario): dejo constancia de hechos históricos que están ahí...

En ambos casos, el resultado de las campañas populares, contra todo pronóstico, fue satisfactorio, en cuanto a la consecución de los objetivos planteados. Téngase en cuenta que los movimientos populares vascos se tuvieron que enfrentar no sólo a las fuerzas que apoyan el aparato del Estado central, sino también a las fuerzas políticas representativas de su propia burguesía nacional (particularmente, el PNV). Se trataba de macroproyectos en los que ya se habían invertido y comprometido miles de millones... El caso de Lemoiz, además, produjo un "efecto colateral" inesperado, cual fue la paralización y suspensión de todo el programa nuclear en el conjunto del territorio del Estado (la famosa "moratoria" -aún vigente- que se impuso tras el abandono de Lemoiz).

En Canarias, ahora, recién despertamos de nuestro feliz sueño, y constatamos que lo que se consiguió hace un año y pico, fue un mero aplazamiento de un atentado ecológico perfectamente anunciado y publicitado.

En función del natural desenvolvimiento de las fuerzas dominantes en un sistema de "libre mercado" como es el que existe en este territorio colonizado, se ha impuesto la Ley del Capital (concretada a la adoración  a "San Mercado" y obediencia ciega a su sumo sacerdote, el "Beneficio Inmediato"), para regocijo de los defensores de las teorías neoliberales (ya se sabe: la codicia, como "motor de la historia"...). Por consiguiente, van a tratar de imponernos una infraestructura totalmente irracional, como es un Puerto industrial contaminante (y además, superfluo), que va a arruinar el ecosistema del Sur de Tenerife, lo que, entre otros efectos, arruinará una zona de la Isla susceptible de seguir siendo fuente de ingresos y creación de puestos de trabajo a través del sector turístico, lo que combinado con una política de diversificación y racionalización del sistema económico (potenciando el depauperado sector agrícola y ganadero, y apoyando los proyectos para la obtención de fuentes energéticas limpias, entre otros) servirían para hacer de esta tierra un lugar decente, donde poder vivir dignamente.

Ahora, unos y otros, nos vienen con "cuentos jurídico-normativos": que si el Parlamento ha aprobado una Ley desajustada a las previsiones constitucionales, y que por consiguiente se acudirá a las vías judiciales correspondientes (¡espere Vd. sentado a que se pronuncie a favor de los intereses populares el Tribunal Constitucional español en este asunto, y no se me duerma, compadre!), incluido, en su caso (y una vez agotada la vía procesal del Estado) el Recurso al Tribunal Europeo (¡siga despierto, si no se ha muerto, y levante la manita, si se lo permite la penúltima marea de piche que haya anegado su casa!), etc., etc...

En Lanzarote, llamaban "caminos de alemanes" a las múltiples pistas de tierra que trazaban los susodichos turistas con sus 4x4 alquilados, en búsqueda de "atajos" para acudir a una famosa Playa nudista de la Isla. La particularidad de esos "caminos" consistía en que, aunque su trazado resultaba aparentemente viable (la impresión era que se acercaban más hacia la costa que el "camino trillado de siempre"), finalmente terminaban de forma abrupta frente a un "monturrio de tierra"; allí donde el turista (y los múltiples incautos que, días tras día coadyuvaban con sus vehículos a consolidar el trazado de aquellos "callejones sin salida") había "tirado la toalla", desesperado, y "metía la marcha atrás".

No sé si "cogen la parábola"...

Mientras tanto, y como quiera que los Recursos Judiciales contra la Ley aprobada por el Parlamento de Canarias no tienen efectos legales suspensorios, no vamos a tener que "comer el marrón del Puerto", sí o sí... Al Berriel le faltó tiempo para, segundos después de ser aprobada la nueva "Ley" de descatalogación (¡llamemos las cosas por su nombre!), urgiera públicamente a la "Autoridad competente" para meter inmediatamente "mano" a la tarea, sin perder un minuto más...

De hecho, tal comportamiento no tiene nada de extraño o nuevo. Recordemos que, justo el mismo día en que se publicó el Auto judicial de paralización cautelar de las obras del Puerto de Granadilla, tanto los empresarios especuladores implicados en el Proyecto, como sus portavoces políticos (todos los "Partidos parlamentarios" -aunque el PSOE, siempre fiel a su inefable oportunismo, lo hiciera "con la boca chica"-), manifestaron, muy ufanos y a las claras, que no sólo iban a impugnar por la vía legal tal Resolución judicial, sino que, además, en el supuesto de que sus Recursos no prosperaran, por imperativo legal, cambiarían la Ley, de forma que quedara despejado el inesperado y molesto obstáculo jurídico-formal.

Que es eso, y no otra cosa, lo que han terminando haciendo en el "Parlamento de Canarias" en los últimos días, para asombro y pasmo del público en general (incluida la comunidad científica canaria en peso y sus instituciones más prestigiosas).

Tengo la penosa impresión de que, una vez más, "han cogido con el pie cambiado" al movimiento popular.

...¿Que vamos a tener que tragarnos ese indigerible sapo, "Sí o sí", he dicho...?. Pues dije mal: de nosotros y nosotras, gentes del pueblo canario, depende ponernos de pie, y parar esto. Pero para ello, va a ser necesario orillar y hacer oídos sordos a los "cantos de sirena" que lo único que buscan es sacar réditos electorales mezquinos de nuestras frustraciones.

¿Cantamañanas?: ¡no, gracias!, sería la próxima "pegatina" que yo diseñaría, en el supuesto (que no concurre) de ser un experto en la materia.

*Roberto Miguel.