viernes, 2 de julio de 2010

¡No hablen en nuestro nombre, CRETINOS!*




Uno, que ha visto mucha miseria sindical a lo largo de toda su vida, no puede evitar dar un respingo e indignarse (¡a estas alturas/bajuras de la vida!), ante la constatación del nivel de rastrerismo al que pueden llegar determinados personajes, aupados a las cúpulas de sus pesadas maquinarias sindicaleras, con tal de seguir “chupando de la teta” del Estado (Central o “autonómico”…, tanto da).

El espectáculo que han dado en los últimos días los Secretarios Generales de CCOO y UGT ante la Huelga de las y los trabajadores del Metro de Madrid, constituye la muestra palpable de que esas estructuras sindicales para-estatales, son totalmente incapaces de estar a la altura de las necesarias respuestas que tendrán que dar las clases trabajadoras, frente a las duras circunstancias que se nos presentan.

CCOO y UGT son organizaciones inválidas, no sólo para la clase trabajadora de esta colonia canaria, sino incluso también para la clase trabajadora de Madrid. Quien no lo tuviera todavía claro, lo habrá podido comprobar fehacientemente a lo largo de los últimos días, con el espectáculo de unos “Secretarios Generales” totalmente desconcertados y sobrepasados ante unos movimientos obreros que “se les escapan de control”, ya no sólo en Euskal Herría (cuyo contundente huelgón general del 29 de junio –liderado por los Sindicatos de clase vascos-, ha dejado altamente preocupado al Sistema, que sabe que “ese ejemplo puede cundir…”), sino en la propia “Capital del Imperio”, donde la Clase trabajadora empieza a sacudirse la modorra y la alienación producto de tantos años de control burocrático de esos adocenados “pastores de rebaños sindicales”.

La Huelga del Metro de Madrid (igual que la de Euskal Herría) nos retrotrae a aquellos tiempos en que las y los trabajadores se declaraban en Huelga con la sana intención de “ganar esa batalla” y no de conformarse con unas migajas; ni mucho menos la declaraban para limitarse a “manifestar su descontento y protesta”. Por eso, a esa Huelga la denominan “salvaje” (y en eso, ha habido unanimidad en todos los medios de desinformación y alienación de masas: de “izquierda”, de centro, o de derecha). Una Huelga que es “salvaje”… porque no está “domesticada” por los “ÁngelesCristos” del sindicalerismo al uso. Pues vale, ¡vivan las “huelgas salvajes”!.

Además, si una Huelga es considerada “salvaje” porque se salta una normativa pre-constitucional sobre “servicios mínimos”, que a todas luces, busca minimizar los efectos prácticos de la protesta, y que son totalmente abusivos como lógica consecuencia de que los impone unilateralmente la Administración (en este caso, la Administración-Patronal), pues ¡vivan dos veces las Huelgas “salvajes”!.

Las y los trabajadores del Metro, por ende, están actuando con gran inteligencia y sentido práctico: saben que los “días de ausencia injustificada al trabajo” que pudieran ser sancionados con el despido disciplinario son tres; por consiguiente, decidieron pasarse por el “arco del triunfo” los abusivos servicios “mínimos” durante dos días solamente, acordando cumplirlos (y yo me imagino “de qué maneras”) a partir del tercer día. Yo creo que, si siguen manteniendo esta firmeza, esta Huelga la van a ganar. Mal que les pese a Cándido Méndez, Fernández Toxo, y correspondientes huestes burocráticas.

Y para evitar que “los árboles no nos dejen ver el bosque”, no debemos perder la perspectiva de que la Huelga de las y los trabajadores del Metro de Madrid fue convocada porque una Señora filo-fascista que gobierna en la Comunidad, decidió hacer una lectura extensiva del antiobrero “Decreto” que, entre otras medidas, reducía los salarios de las y los empleados al servicio directo de las Administraciones Públicas; de tal forma que decidió ejecutar tal medida a todas las Empresas de su Comunidad que tuvieran una participación mayoritaria del capital público (como es el caso del Metro). Para que nos entendamos: es como si el Gobierno de Canarias, los Cabildos o los Ayuntamientos correspondientes, decidieran unilateralmente, tirar a la papelera los correspondientes Convenios Colectivos, y aplicarles la “rebaja salarial” a las Empresas de transporte, Limpieza, etc…

Si Vd. que me lee, fuera uno de los afectados, ¿no le darían ciertas ganitas de ponerse por lo menos un poquitín “salvaje”?. Pues eso…

Por tanto, a las y los individuos que andan por la calle, en las recovas, en el transporte… diciendo burradas contra las y los trabajadores que hacen uso de su legítimo derecho de Huelga, culpabilizándolos (¡a los huelguistas, y no a quienes provocaron el conflicto con sus medidas antiobreras!) de los daños y molestias causadas, hay que decirles cuatro cosas claritas: entre ellas, que se dejen de decir toletadas; que ya está bien de actitudes insolidarias que mañana se les pueden volver en contra; que dirijan sus quejas y denuestos contra los auténticos culpables (que no son, en absoluto, las y los trabajadores agredidos en sus derechos)… que dejen de ser imbéciles alienados y adocenados, vamos, y que sepan administrar críticamente las “informaciones” sesgadas que les suministran, a “paletadas” los “mass-media” (o mejor: los “más-mierdas”). Para eso tienen una cosa que se llama “cerebro”, ¿no…?. Ha llegado la hora de dejar sentado que estamos hartos y hartas de aguantar tanta rebenquería acumulada.

Es decir: hay que hacer todo lo contrario de lo que han venido haciendo los Secretarios Generales de CCOO y UGT a lo largo de la última semana, en diversas ruedas de prensa y pronunciamientos, donde se han arrogado la representación de las y los huelguistas del Metro, no para defenderlos de la campaña de calumnias de que están siendo objeto, sino para todo lo contrario: ¡pedir “excusas” al “pueblo madrileño” por las molestias que están causando las y los trabajadores en lucha!.

¿Es que a alguien se le ocurre una manera más sutil y retorcida de dejar a los trabajadores “a los pies de los caballos”…?.

Las “excusas” a la población, señores de CCOO y UGT, que las expresen los verdaderos culpables de la situación: Esperanza Aguirre, Alberto Ruiz Gallardón, Mariano Rajoy, Zapatero… en fín, la “conurbación” PPSOE (y conste que no nos olvidamos de la Coalición de los Canallas).

A ver si, poco a poco, y dejándonos de actitudes paternalistas (ha llegado la hora de decir las verdades tal como son) logramos que la gente se vaya espabilando…

*J. Díaz